La Liga quiere competir en Asia con la Premier

Julian García Candau

Vivimos en un país sumido en gravísima crisis económica y hay un español, Amancio Ortega, entre los hombres más ricos del mundo. El deporte español está en quiebra técnica y dos clubes, Madrid y Barcelona, están entre los tres más valorados del mundo. Hay cuatro sociedades futbolísticas entre las diez económicamente más apreciadas del mundo. Junto a los dos españoles figuran Manchester United, en el segundo puesto y Arsenal, en el décimo. El resto lo componen, según el estudio anual de la famosa revista Forbes, sociedades estadounidenses, fundamentalmente miembros de las ligas de béisbol y su fútbol americano, deporte que no es fútbol ni rugby, pero recoge grandes ingresos televisivos y publicitarios.

El balompié español recibe grandes cifras por los patrocinios, pero el manso la esquila y el cencerro se lo llevan Madrid y Barça. Hay varios clubes de Primera que ni siquiera cuentan con eslogan publicitario en su camiseta.

El Manchester United ha sido durante años el club más valorado. Fundamentalmente, porque tenía productivos mercados en Asia, tanto por sus audiencias como por la venta de sus productos manufacturados. A esos territorios quiere acudir el fútbol español y de ahí que se pretenda ordenar el calendario en horarios con que competir en países asiáticos con la liga inglesa. La última propuesta de la Liga de Fútbol Profesional consiste en programar para las doce de la mañana el partido Barça-Madrid. Y además, volver a las cuatro de la tarde como antaño cuando no había luz eléctrica en los estadios.

Madridistas y barcelonistas están en lo alto de la cucaña gracias a los patrocinios de los países árabes. El Barça firmó con Qatar Fundation y ahora el Madrid lo ha hecho con la aerolínea de Emirates, que le proporcionará treinta y tres millones de euros anuales.

El Madrid ha superado en valoración al Manchester gracias a los 500 millones de ingresos, con incremento del 62 por ciento en las tres temporadas precedentes. Su valoración es de 2.525 millones, la del Manchester, de 2.422 y la barcelonista, de 1.990. En la clasificación siguen seis entidades estadounidenses tales como los Yankkes de Nueva York o los Cowboys de Dallas. Los Yankees son cuartos con1.760 millones.

La diferencia fundamental entre los clubes españoles y el United está en el hecho de que este es sociedad anónima que cotiza en bolsa y sus acciones han experimentado la revalorización del 23 por ciento. Los manchesterianos percibirán en los próximos siete años 420 millones de la firma Chevrolet.

En la liga inglesa, pese a la riqueza del United, no existen las grandes diferencias que en la española. Allí hay varios aspirantes al triunfo final mientras aquí solamente hay dos. La Premier es ejemplo. Entre otras razones, por el reparto de los dineros del contrato televisivo. A similar medida no se quieren adaptar Madrid y Barcelona porque sus ingresos entienden que están muy por encima de los méritos de los restantes clubes de Primera.

Bien es verdad que aunque el pastel televisivo se repartiera de manera más justa, Madrid y Barça seguirían siendo enormemente más ricos que los demás. La injusticia está en la diferencia de cincuenta millones entre los grandes y los modestos y, sobre todo, porque Madrid y Barcelona no venden solo sus derechos, sino también los del resto porque sin ellos sólo habría dos partidos televisados.

La solución de los problemas del fútbol español no está solamente en adecuar los horarios a los posibles espectadores de China, Japón o Singapur. Necesita una reordenación a fondo que pasa por nuevas estructuras de las divisiones y la adecuación de los salarios a la realidad de los ingresos. Sobran clubes de categoría nacional.

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