Los talentos se fugan al extranjero

Clubs saneados, mejores sueldos, mayor repercusión mediática y estadios llenos son el principal reclamo de una Premier que lidera la tabla de fichajes

jordi castelló valencia

El mercado de fichajes se mueve con un destino preferente este verano: el extranjero. La Premier League se sitúa a la cabeza en cuanto a dinero gastado, confirmando lo viva que está la competición inglesa. Estadios llenos, clubs saneados, mejores sueldos y mayor repercusión mediática son un reclamo al que difícilmente puede resistirse un jugador. El Tottenham no ha dudado en ofrecer a Roberto Soldado cuatro millones de sueldo, el doble de lo que percibe en el Valencia. La lista se agranda cada año que pasa con futbolistas que buscan crecer deportiva, y económicamente. Negredo, Navas o Aspas son algunos ejemplos que demuestran que la liga española está cediendo la hegemonía que antaño parecía incuestionable. Un reparto más equitativo en el reparto de los derechos televisivos es en gran medida el causante de que los clubs ingleses puedan optar a realizar fichajes sin que haya grandes diferencias entre ellos, sin tener en cuenta el dinero que sale de manos de los grandes oligarcas.

El club inglés que más dinero ha recibido en concepto de derechos televisivos este año ha sido el Manchester United, con 71 millones, mientras que en España, Madrid y Barcelona aumentan sus arcas con una entrada aproximada de 140 millones de euros cada uno. Pero lo que más destaca es la desigualdad entre los primeros equipos en comparación con los últimos. En la temporada 2011-12, la diferencia entre el campeón y el último en la Premier era de tan solo 23,3 millones, la cual dista, y mucho, de los 128 que separaban a los dos gigantes españoles con los últimos clasificados.

La disparidad entre una liga y otra reside, por tanto, en cómo la Premier hace uso del reparto de los derechos televisivos de una forma mucho más equitativa: La mitad de los ingresos que perciben de los canales ingleses se reparte a partes iguales entre todos los integrantes de dicha liga, mientras que de la otra mitad restante, un 25% se ingresa según la posición que se ocupe al final de la competición y el otro 25% se distribuye según el número de retransmisiones.

Las desigualdades entre ambas competiciones se pueden comprobar al ojear los traspasos de esta temporada. En lo que va de mercado estival, la liga inglesa se ha gastado unos 140 millones más en fichajes que la española, mientras que en los ingresos por ventas, es la española la que recibe unos 210 millones más. No por ello la liga inglesa pierde dinero, puesto que los ingresos en la Premier no solo están mejor repartidos, sino que son mayores.

Así pues, unos gastan y se llevan a los mejores futbolistas, mientras que otros venden mucho y fichan de forma austera, dejando de lado, claro está, a Madrid y Barcelona, fuera de cualquier comparativa. Sus ingresos, superiores a los de cualquier otro club, desvirtúan una competición en la que algunos privilegiados parten de inicio con ventaja. Así, se pone de manifiesto que la «liga de dos» no es solo una cuestión de buen juego, sino que el dinero de los derechos televisivos ayuda, y mucho, a que esta alternancia de campeones no se permute y se prolongue a lo largo de las temporadas, a la espera de que un club con una capacidad adquisitiva mucho menor de la sorpresa y elimine, por un momento, la hegemonía de los dos gigantes que se viene prolongando en los últimos años.

Posible reforma

Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional LFP, ya anunció el pasado mes de mayo que quería reducir la diferencia en el reparto de los derechos televisivos entre clubes «del 1 al 4,5 o 5», ya que «hasta 2010 la diferencia era de 1 a 13 entre el que más y el que menos». La diferencia a día de hoy, según dijo Tebas, es de «1 a 6,5, sin contar el dinero que se aporta en ayudas al descenso». Pero a pesar de esta reducción, el propio presidente de la LFP quiso aclarar que no cree que esto «sea lo justo». «De la mano del Madrid y del Barcelona deseamos un acercamiento de la diferencia de 1 a 4,5 o 5», apuntó Tebas.

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