El Valencia y el valencianismo son conscientes de la importancia de Mestalla para conseguir los objetivos, no solo este año, sino temporada tras temporada. El veterano estadio de 90 años, a falta de que se termine el futuro Nou Mestalla, sigue siendo escenario de euforias, como la de la victoria en la primera jornada contra el Málaga o la vivida con la presentación de Pabón.

Para seguir motivando a la afición, y para amedrentar en la medida de lo posible a los rivales, la directiva, liderada por Amadeo Salvo, decidió este año remodelarlo añadiéndole señas de identidad como el color naranja o el murciélago. El proyecto estaba previsto que se inaugurara precisamente contra el FC Barcelona, pero no ha podido ser y como confirmaban ayer fuentes del club, se terminará antes del próximo partido de Liga en casa, que será contra el Sevilla de Unai Emery.

De este modo, Tata Martino y compañía, cuando salgan hoy a calentar, sí podrán ver parte del futuro mosaico con las siglas VCF en blanco, un gran murciélago negro y el resto de sillas naranjas, así como la renovación del anfiteatro, situado arriba del palco VIP, con un fondo naranja y grandes letras blancas con el título «Mestalla».

El objetivo es que luego sea todo el estadio el que luzca de un llamativo naranja, con un degradado de blanco a naranja en los fondos y con otros mensajes como «Amunt Valencia» en los laterales. Una renovación que también dará más atractivo a los tours turísticos.