No era fácil. Dorlán Pabón, muy descarado, debutó ante el rival más complicado. Y superó la prueba. Prácticamente sin conocer el juego y las prestaciones de compañeros, el colombiano se estrenó en Mestalla en uno de los partidos más comprometidos de la temporada. Porque los Valencia-Barcelona, o a la inversa, son partidos diferentes. De los que se juegan a alto voltaje. Y, como interior derecho, el delantero demostró que puede ser un jugador importante.

Con cuatro entrenamientos, Djukic comprobó que Pabón estaba mejor que Feghouli. Y así actuó. El técnico, encantado con la predisposición y competitividad del colombiano, dejó en el banquillo al argelino para apostar de inicio por el recien llegado. Para asombro de Mestalla y del cuerpo técnico del Barça que no esperaba el cambio.

Pabón, obvio, no tardó en arrancar los primeros aplausos. En su debut, Mestalla quería que se sentara cómodo y lo alentó en todos y cada uno de los balones que tocó. Hasta que Messi colocó al campeón por delante. A partir de ese momento, las concesiones fueron menores. Con Dani Alves pegado a su espalda, el colombiano por el que el Valencia ha pagado 7,4 millones de euros al Monterrey „ayudado por un fondo de inversión„ acusó de inicio los nervios y su falta de entendimiento con sus compañeros, lo que se evidenció en imprecisiones, fallos que se tradujeron en un exceso de egoísmo cuando jugaba con el balón en los pies. Aun así, conforme avanzaba la manija del reloj, el colombiano tomó confianza y se sintió mejor. Y lo demostró en el minuto 36. En una de las primeras jugadas de combinación del Valencia, Pabón probó a Victor Valdés para, con su acción, despertar a un atormentado Mestalla que empezaba a presagiar que la noche acababa en goleada. Pero dos goles prácticamente consecutivos de Helder Postiga congelaron el revés.

Con un perfil muy del gusto de Mestalla, el colombiano hizo gala de tener una salida explosiva y un potente lanzamiento desde la diagonal.