El entrenador del Valencia, Miroslav Djukic, apareció en la sala de prensa con la cara desencajada. Transmitía la lógica preocupación por la situación en la que queda el equipo tras la dolorosa derrota de ayer. El técnico serbio señaló que siente una gran tristeza por la imagen que están ofreciendo en este inicio de temporada y aseguró que se ve con fuerzas para revertir esta situación, pese a las cuatro derrotas consecutivas. «El equipo ha salido con la intención de lavar la cara, pero en el minuto 10 nos hemos quedado con uno menos, y cuando las cosas no te salen todo se tuerce y así fue difícil. El equipo anímicamente está muy mal. Nos cuesta dar tres toques seguidos», explicó.

Djukic indicó que no teme por su continuidad en el cargo y recalcó: «Por lo único que temo es por la imagen que estamos dando. Siento una tristeza enorme por la imagen que estamos dando porque hay muy buenos jugadores y no estamos consiguiendo hacer las cosas bien».

«En estos momentos no ves al equipo ni ofensivamente sólido ni defensivamente seguro y es un momento muy duro. Me siento capacitado para revertir la situación. No queda otro remedio que seguir trabajando y peleando porque nadie tiene la varita mágica para arreglar esto, aunque está claro que aún no hemos dado con la tecla», añadió.

Djukic se mete en el mismo saco que los futbolistas. No quiere evadirse de responsabilidades. Durante buena parte del partido y a la conclusión del mismo la afición cargó duramente contra los jugadores y no contra el técnico, aunque Djukic aseguró que esta en «el mismo saco» que su plantilla. «Soy el máximo responsable del equipo. No puedo decir que yo soy el bueno de la película y los malos los jugadores. Entiendo perfectamente a la gente porque no puede estar contenta con lo que estamos haciendo. No les podemos pedir ningún apoyo porque no lo hemos merecido, sería una vergüenza porque no les hemos dado nada», afirmó.

«Entiendo que nos silben y nos griten. Los futbolistas quieren pero la presión es enorme y unos jugadores de tanta calidad que no sean capaces de dar tres toques es un claro síntoma de que están bloqueados y la situación puede con ellos y les pesa esta situación», concluyó.

Laudrup entiende la presión

Por su parte, el entrenador del Swansea, Michael Laudrup, preguntado por la difícil situación que arrastra el Valencia, apuntó que «todos los que hemos jugado sabemos que en esos momentos hay mucha presión encima». Ante la posibilidad de que el entrenador del Valencia Miroslav Djukic empiece a estar más que cuestionado tras esta dolorosa derrota, Laudrup reconoció que es algo que les va en el cargo. «Djukic seguramente estará fatal, como cualquier entrenador cuyo equipo pasa por una mal momento. Si estás en un club grande la exigencia aún es más grande y se sufre aún más. Pero cuando uno elige ser entrenador lo tienes que aceptar. No gusta a nadie pero es así. Hay muchos jugadores pero solo un entrenador. Es completamente diferente ser entrenador a futbolista porque al final estás solo», dijo.

Para Laudrup, fue una noche que debe quedar para el recuerdo en la historia del club galés, que por primera vez participa esta temporada en competición internacional. «Hemos merecido incluso un marcador más amplio, mi equipo ha hecho un gran encuentro, hemos controlado en todo momento. Estoy feliz por los jugadores que han podido ver que son capaces de rendir ante un equipo 'top'», añadió el exfutbolista del Barcelona.