Víctor Claver Arocas llegó ayer a Valencia con la medalla en la maleta. Bien porque el bronce les supo a poco, «pese a ser conscientes de la dificultad de un Europeo», o por el pudor de exhibirla en solitario, esgrimió varias veces lo difícil que sería encontrarla y no hubo manera de que se colgara al cuello la prueba del tercer puesto continental logrado por el baloncesto español. Acostumbrados a ganarlo todo en las últimas citas internacionales, caer ante Francia en semifinales supuso un pequeño jarro de agua fría. Claver, en cualquier caso, cierra este Eurobasket más consolidado y con un mayor protagonismo. «La verdad es que estoy contento, porque he tenido más minutos y eso tengo que agradecérselo a Orenga», aseguraba nada más bajarse del AVE que le traía de Barajas, acompañado por su madre y su hermana.

Claver apenas estará dos días en casa, pues el jueves parte hacia Portland, donde al día siguiente ya ha de someterse a varias pruebas y el lunes empezará la pretemporada con los Blazers. Y esta campaña, sí, quiere dar un paso adelante. «Hay que seguir creciendo», apuntaba, para acto seguido reconocer: «La lección ya la tengo aprendida del año pasado, ahora me toca sumar desde el primer día». «El proceso de adaptación ya ha pasado y sé de qué va todo, ahora toca ir aportando más», manifestaba el valenciano. «Sé que no será fácil porque la plantilla es muy larga, pero conozco a los compañeros y a los entrenadores y eso lo tengo ganado», reconocía. El salto a la liga profesional estadounidense le ha servido para madurar tanto en la pista, como en la vida. Este Eurobasket, además, ha dejado constancia de ese doble cambio. «Me he encontrado más seguro conmigo mismo, con mejores sensaciones y las cosas me han salido bien. En alguno partidos mejor que en otros, pero a nivel general estoy bastante satisfecho con este nuevo rol», señalaba.

Claver incidía en la importancia de volver de Liubliana con un metal, pese a no ser el oro. «Nos hemos acostumbrado a ganar y no sé hasta qué punto es bueno. Una medalla de bronce parece que es haber hecho un desastre de campeonato y no es así. Somos un equipo ganador y queríamos el oro pero es para estar contentos», razonaba, sabedor de que ahora se abre un nuevo ciclo en el combinado nacional desde la llegada de Juan Antonio Orenga. La ausencia de Ibaka, Pau Gasol o Felipe Reyes ha dotado de mayor protagonismo a jugadores anteriormente en un segundo plano, como Claver. «Si te dan confianza todo es más fácil», comentaba. «Desde el primer día lo he notado y he intentado dar el máximo», aseveraba ayer.

«Vamos a poder estar ahí arriba los próximos años, todos hemos demostrado que podemos aportar y ayudar a la selección y esa es la clave porque las finales las ganan los equipos», aventuraba convencido. «Estoy contento de haber podido disfrutar de más minutos. Estoy muy agradecido a Orenga y al resto del cuerpo técnico por haberme dado la confianza desde el primer día. He intentando devolvérsela, aunque unos días me ha salido mejor y otros peor», añadió. «Como todos los entrenadores Orenga, ha cometido errores que otros años también se han hecho y que él ha aceptado, pero hemos convivido muy bien. Hemos preparado los partidos muy bien y no se puede pedir más», señaló.

En la distancia, además, Claver ha seguido la confección de la plantilla del Valencia Basket Club, «muy equilibrada» según sus palabras. «Podrá competir con cualquiera, van a ir hacia arriba», auguraba.