Está documentada la existencia de un trinquet en Llíria en el siglo XVIII: el Trinquet de les Ànimes del Purgatori. Los beneficios que en él se obtenían se destinaban a pagar las misas que se encargaban a favor de las pobres almas en tránsito hacia el cielo o hacia el infierno.

No era el único con ese fin en tierras valencianas. Otros se destinaban a ayudar a los hospitales para pobres. El caso es que la pilota valenciana siempre ha tenido una vocación benéfica.

Sus jugadores no han dudado, en su endémica pobreza, en prestar su nombre y su juego para causas nobles. El viejo trinquet de Lliria, que se alzaba majestuoso en las faldas de la colina presidida por la imagen del arcángel San Miguel vio crecer a pelotaris de leyenda como Pepe Llíria o Gorrea.

Y en sus estertores acogió partidas de tronío con la presencia de Genovés. Después Llíria se quedó sin trinquet y menos mal que un buen grupo de aficionados dio la tabarra, se manifestó, recogió firmas y colocó pancartas hasta que, por fin, en el Pla de l' Arc, camino de los parajes visitados por S. Vicent Ferrer, amigo de nuestro deporte, se alzó un buen trinquete que ha permitido recuperar la afición.

Todo fue posible gracias a un club y a un hombre que empujó lo suyo: Juan Gómez.

Esta mañana festiva de San Miquel, día grande en Llíria, se disputa la tradicional partida de Fira y se entrega un premio prestigioso que lleva el nombre de Pepe Llíria, en honor a una figura de leyenda, máximo rival del Xiquet de Quart.

El premio, para Enrique Sarasol. El premio se ha concedido este año a Enrique Sarasol, figura de las grandes. A las 11 horas de la mañana habrá partida del Individual con Álvaro frente a Fageca y a continuación, Rodrigo, Salva y Monrabal contra Pedro,Félix y Colau II.

Por cierto, además de Rodrigo ya está en semifinales del Individual Soro III, que venció sin problemas a Pablo.

Llíria sigue fiel a este deporte. Hicieron efecto aquellas aportaciones a las almas del Purgatorio. Seguro.