El episodio Rami seguirá minando la unidad y la cohesión de un equipo y un club que, no obstante, también tienen otros frentes abiertos tal vez no menos problemáticos. Uno de ellos, sin lugar a dudas, es el de «Soso» Feghouli. Estaba llamado a ser uno de los referentes de este proyecto por su veteranía en el club, pero su rendimiento no ha parado de minorar desde que disputó la Copa de África el pasado mes de enero y parece que Mestalla ha dicho «basta ya». La afición, muy molesta estos días por las polémicas declaraciones de Rami y por el bajo rendimiento en general del equipo, no está dispuesta a tolerar comportamientos que, lejos de sumar, lo que hagan sea restar y hacer más difíciles las cosas.

El primer cambio ayer de Djukic fue precisamente el de Fede que estaba maravillando a todos con su desparpajo y calidad por Feghouli. La afición aplaudió de forma efusiva mientras se retiraba el canterano, pero pitó mayoritariamente a la entrada de un jugador como el francés con pasaporte argelino que no está respondiendo esta temporada y que, todo sea dicho, no se estaba tomando el calentamiento previo en la banda muy en serio.

Su primer disparo, que se fue a las nubes, no ayudó a que la gente le mostrara más aprecio, ni tampoco la ocasión clamorosa que erró al final del encuentro, solo ante el portero, y tras la cual los calificativos y pitos hacia él surgieron desde todos los puntos del estadio. Finalizado el partido, se fue rápidamente hacia el túnel, no aplaudió desde el centro del campo a la afición y, ya en el vestuario, tampoco posó en la famosa foto que subió Joao Pereira a una red social.

Volviendo al caso Rami, las opiniones sobre él por parte de los aficionados parecen unánimes. No toleran esa falta de respeto al club y a sus compañeros y creen que lo mejor es que se vaya cuanto antes, a poder ser ya en el mercado de invierno.

Tal vez todos hablen todavía en caliente, puede que pasado un tiempo, la reacción ya fuera otra y el perdón hasta posible, pero, hoy por hoy, Rami está fuera del equipo y también de la mente y los deseos a corto plazo de la afición soberana blanquinegra.