Vestuario medio en castellano con marcadísimo acento portugués. Los tres jugadores que comparecieron tenían motivos para hacerlo: uno, porque está creando una auténtica marca; otro, porque fue decisivo una vez más a base de goles y otro, porque tuvo a la grada en tensión durante 75 minutos.

Joao Pereira, sumó ya quince compañeros a la foto del vestuario, un señuelo que se está convirtiendo en símbolo. «Espero poner más». Y con puya incluida: «Ya hay gente esperando que algún día no la cuelgue». ¿Y los que no están? (nótese que Feghouli aún no se ha estrenado, por ejemplo) «Igual están de tratamiento, o duchándose».

No quiso el defensa entrar a valorar los apuros sufridos en el tramo final del partido y, nunca mejor dicho, la mejor defensa es un buen ataque: «Hace tres partidos estaban las cosas mucho peor. ¿Será mejor ganar que perder? Es verdad que no hacemos buen fútbol, pero por lo menos ahora hacemos hacemos más cosas y tenemos resultados». Tuvo que retirarse y lo justificó en la fatiga: «Son muchos partidos y pocos días de descanso».

Lamentó el lateral que «en las contras podíamos haber sentenciado, pero lo importante es que hemos asegurado la victoria. Ahora los puntos son muy importantes. Antes regalábamos balones y ahora no»

«En Granada fue al revés»

Jonas lleva cuatro goles en tres partidos y se está encargando de desatascar los encuentros. Son cuatro veces las que se ha llevado el dedo a la boca, el chupete de su hija. Su contestación al respecto era previsible: «Estoy contento con los goles, pero más por la victoria. Ya son tres seguidas y damos un salto importante. La temporada es larga y difícil. Este partido, por ejemplo, ha sido muy sufrido. No podíamos fallar en casa».

Le tocó al «detonador» convertirse en delantero centro, un lugar al que, por físico, le iba a tocar sufrir. «Estoy acostumbrado a jugar también así. No mucho, pero sí. Estoy aquí para jugar y para hacer goles, sea de punta o por detrás. Desde luego, no suelo ir a pegarme con los centrales por los balones aéreos... ahí Postiga es más fuerte».

También se le preguntó por los problemas del equipo en la segunda mitad, pero no se lo tomó como una norma. «En Granada, por ejemplo, en los minutos finales estábamos presionando y así conseguimos el gol de la victoria. En esta ocasión quizá no jugamos como debíamos. Si, quizá estábamos cansados, o porque eran las cuatro de la tarde, que no estamos acostumbrados... bueno, no es cuestión de poner excusas. ;Más problema es jugar miércoles, domingo, miércoles, domingo... la selección, los viajes... también el resto de equipos están sufriendo».

Al equipo le falta gol, y suerte que está él. «Bueno, es más importante que ya son dos partidos que no encajamos».

El lunes, la solución de Alves

Con Diego Alves se montó el debate sobre si había sido un riesgo mantenerlo en el terreno de juego. Y el brasileño, que abandonó el estadio cojeando ostensiblemente, se defendió de la decisión tomada, la de quedarse bajo palos. «Si era un riesgo o un acierto es una cuestión de opinión. Si me quedo, se puede pensar que es una imprudencia. Si pido el cambio, podría pensarse que me borro... eso es la opinión de cada uno, de tí o de otros. ¿Por qué me quedé?. Bueno, creo que era lo mejor. También hay que pensar en las circunstancias del partido. Seguramente para los compañeros daba más confianza que estuviera yo. El chaval (Doménech) apenas lleva dos semanas entrenando con nosotros. Creo que es un partido en el que el equipo necesitaba experiencia. Y en el banquillo vieron lo mismo que yo y no pensaron en cambiarme».

El caso es si ¿estará para ir a Rusia?. «¡Si acabamos de terminar el partido y aún no sé lo que tengo!. El lunes podremos decir algo».

Por otra parte, lo más interesante es que el marcador se quedó a cero por segundo partido consecutivo. «Es un trabajo colectivo. Sabemos la intensidad que hay que meter en los partidos, y que en cualquier partido de la liga hay que dar el cien por cien y que si no es con calidad, ha de ser con esfuerzo y fuerza».