­Siempre quiso jugar de portero, a pesar de los inconvenientes con los que se fue topando. Sabía que, antes o después, le llegaría su oportunidad. En su casa no querían que jugara en esta posición y su padre, a pesar de su insistencia, se negaba a comprarle guantes. A los cinco años, con cualidades innatas para este puesto, Jaume le quitaba los guantes de ciclista a su padre para protegerse las manos ya que, día sí y día también, regresaba a casa con las palmas ensangrentadas. Formado en las categorías inferiores del Villarreal CF, hace tres temporadas se desligó del equipo castellonense para enrolarse en el CD El Palo, un recién ascendido a la Segunda División B. En Málaga, cuajó una gran primera mitad de campeonato „se fue del club invicto tras jugar catorce partidos„, y en el mercado invernal fichó por el Huracán, entonces entrenado por Nico Estevez. En verano, cuando Estevez fichó por el filial del Valencia su única petición fue la de Jaume Doménech. La suerte, la que tantas veces le ha dado la espalda, ahora le respalda.