¿Y ahora qué?, esa era la pregunta más repetida ayer entre la afición valencianista. Y la respuesta es sencilla: todo sigue igual. Miroslav Djukic y Braulio Vázquez siguen siendo los máximos responsables de la parcela deportiva. Una decisión que, sin embargo, ya estaba tomada antes de la victoria sobre el Getafe.

Con Amadeo Salvo en el extranjero, no se iba a ejecutar ninguna decisión de primer nivel. Así lo decidió el jueves el presidente desde China, donde se encontraba en busca de empresas e inversores que ayuden a finalizar el Nuevo Mestalla, junto al consejero Manuel Peris y el director de marketing Luis Vicente Douwens. Con Salvo ausente, no se iba a tomar ninguna decisión drástica pasara lo que pasara en el Coliseum. Y, la destitución de uno u otro, así se consideraba. Técnico y director deportivo acudirán al partido en Santk Gallen como tal ahora algo más aliviados. Será en Suiza cuando ambos se reencontrarán con el presidente que tiene previsto incorporarse al grupo en la víspera del partido europeo contra el Sank Gallen.

Salvo, cuenta su entorno, sigue firme en su decisión de mantener a Djukic en el banquillo hasta final de temporada porque está convencido de que los culpables de la situación son los jugadores. Ellos, y sobre todo su carácter, apatía y poca implicación en algunos partidos, son los señalados por Salvo. De ahí que el presidente cuestione el trabajo realizado por Braulio Vázquez, con quién mantiene una relación fría. Todo el respaldo que Salvo le muestra a Djukic, le niega a Vazquez. Una evidencia fue el comunicado que el club emitió la madrugada del viernes en el que, se respaldaba a técnico y jugadores, pero se obviaba al director deportivo. Todo apunta a que, independientemente de los próximos resultados, Vázquez puede ser en breve destituido. El gallego está solo ya que, en estos últimos días, también ha perdido la poca confianza que le daba Djukic ya que el serbio sabe que el director deportivo era partidario de que él dejara de ser el entrenador. Ayer en el Coliseum, eso sí, Vazquez contó con el apoyo del director general Luis Cervera que, a primera hora de la mañana, se desplazó hasta Getafe para ver el partido y, en caso de debacle, hacer frente a la situación. La tranquilidad, de momento, se mantiene.

El presidente, que es quién toma las decisiones en el club, reiteró antes del partido su máxima confianza en Djukic y le trasladó su convencimiento de que está capacitado para revertir la situación. Tras el partido, volvieron hablar. El presidente, cuentan, mostró al técnico su preocupación por las lesiones. Y es que, contra el St. Gallen, Djukic ya sabe que no podrá contar con Guardado y Pereira, y hoy sabrá el alcance de las lesión de Alves que, con un pinchazo en la parte posterior del muslo derecho, tuvo que retirarse en el minuto 10. Pablo Piatti, que de no ser convocado fue titular, pidió el cambio por tener calambres y Mathieu acabó cojeando por una contusión tobillo.