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La exposición "faixa Roja, faixa blava", abierta en el Museu de la Beneficiencia es otra de las apuestas de la Diputación de Valencia en la promoción de la pilota valenciana. Bajo la dirección de David Sarasol, director del Museu de la Pilota de Genovés se adentra en la vertiente histórico-cultural, como corresponde a un deporte que se pierde en la entrañas de la historia del pueblo valenciano, en los rincones de toda sus comarcas y que ha sido capaz de sobrevivir a todo tipo de indiferencias o modas. Es una exposición marcada por la dignidad.

La primera de las salas ofrece un espectacular "prólogo"; las manos de Manolo Boix, el escultor de nuestro deporte, abrazadas por los hilos de las fajas roja y azul. Al fondo una reproducción gigante de la fotografía del inconfundible Xiquet de Quart en una histórica partida jugada en 1936 en Pelayo y que las cámaras del inolvidable Finezas dejaron para la posteridad. Una vez en el interior de la exposición nos dirigimos a saborear los documentos gráficos más antiguos, como partidas de pilota de principios del siglo XX, a "llargues", en Sax o en Benicolet. Conocemos los carteles anunciadores de los trinquetes de hace decenas de años, o la reproducción fiel de la pizarra, sencillo pero eficaz elemento divulgador del cartel que anuncia a Rovellet contra Juliet en el Trinquet Las Delicias de OndaraÉel primero que tuvo iluminación artificial, incluso antes que el campo de Mestalla.

Para aquel que no conoce este deporte se explican con detalle las características de todas sus modalidades y se reproducen indumentarias y materiales para elaborar la artesanal joya de la pilota de vaqueta. Información detallada, entretenida, visualmente atractiva que culmina con el espacio para el audiovisual con fragmentos de históricas partidas que han podido llegar a los hogares de todos los valencianos gracias a la labor constante de TVV durante casi un cuarto de siglo.

Está muy trabajada la exposición, que aprovecha parte del archivo recogido por el Museu de Genovés pero lo proyecta de manera atractiva, didáctica. Un buen reclamo para cualquier aficionado y para aquellos maestros y profesores que quieran impulsar el conocimiento de una parte de la cultura popular valenciana. También para los niños y niñas de nuestras escuelas de pilota. Dos apuntes finales, también necesarios: notamos a faltar una presencia, aunque fuera mínima de la expansión internacional de la pilota valenciana y una mayor sensibilidad hacia pueblos, historias y personajes que parecen sometidos a la impecable ley de la "corrección". Dedicar una vida y un buen número de publicaciones a este deporte aunque sea utilizando el artículo "lo" nunca debería ser motivo para la censura inquisitorial a la que algunos tienen tanta indisimulada afición.