El Gobierno de Guinea Ecuatorial en el Exilio, con sede en España y presidido por Severo Moto, ha lamentado que un "símbolo de todos los españoles" como es la selección de fútbol se someta a la presión de los "lobbies del tirano", en referencia al presidente Teodoro Obiang Nguema, y acepte jugar un partido con la selección ecuatoguineana "por un puñado de monedas".

"En los últimos días, nosotros, los exilados de la terrible tiranía que asola Guinea Ecuatorial, nos sentimos asombrados al comprobar cómo una vez más España es víctima dispuesta del chantaje de Obiang y de la presión del poder de sus lobbies en las altas esferas de Madrid", ha declarado el Gobierno en el Exilio en un comunicado.

"El fútbol, religión tanto en España como en África, crea extraños compañeros de cama, y en algunos casos, como el que nos ocupa, la cama se tiende sobre las torturas, las detenciones arbitrarias y los asesinatos bajo custodia", ha proseguido. "La vieja metrópoli, arrodillada de nuevo, engañada, comprada por un puñado de monedas", ha manifestado.

"Estamos asombrados, y sobrecogidos ante el inmenso poder que están demostrando los lobbies del tirano en España", ha asegurado el Gobierno presidido por Moto. "Aún en serias dificultades económicas, se hace difícil de entender que una nación democrática como España consienta que un símbolo de todos los españoles, como es la selección de fútbol, sea puesto en entredicho y arrastrada por el barro de la indignidad y el deshonor más absoluto", ha lamentado.

En el comunicado, el Gobierno en el Exilio se muestra "aterrado" por "el alcance de los tentáculos de Obiang en España" y por "la manipulación de la verdad y el férreo control que ejerce sobre la política exterior de Madrid hacia Guinea Ecuatorial".

"Una cosa es conseguir que los parlamentarios españoles no vean irregularidades en unas elecciones amañadas, y otra muy distinta es lograr que los altos despachos de Madrid permitan e ignoren una falta de respeto a una insignia nacional como es La Roja, un ataque de un aberrante y ridículo tirano que ha transformado nuestro país, la antigua perla de África, en una república bananera de la peor calaña", ha declarado.

"En nuestra opinión lo adecuado para todos, excepto para el tirano, sería que el partido no llegara a celebrarse", ya que, ha advertido el Gobierno en el Exilio, "España tendrá que pagar una abultada factura por esta encerrona, y no será sólo económica".

"Para el Gobierno del señor (Mariano) Rajoy, para su imagen internacional, para su tan trabajado proyecto de la 'Marca España', caer en esta trampa tendrá imprevisibles consecuencias", ha proseguido el comunicado. "La supuesta rentabilidad de esta operación, o el posible dinero que reciba la Federación (Española de Fútbol), serán, no cabe duda, objeto de investigación en el futuro, pues ya se extiende entre la prensa española la sospecha de corrupción que hay alrededor de este asunto", ha agregado.

Por todo ello, el Gobierno en el Exilio de Guinea Ecuatorial ha solicitado a la prensa internacional "que tenga otra mirada para aquello que no es fútbol".

Críticas de la oposición

El portavoz adjunto de Exteriores del PSOE en el Congreso, Álex Sáenz, no considera "ni necesario, ni imprescindible" que el Gobierno envíe representación oficial al partido amistoso que las selecciones de fútbol de España y Guinea Ecuatorial disputarán este sábado en Malabo.

En declaraciones a Europa Press, Sáez ha comentado que el Ejecutivo hará "lo que crea oportuno", si bien ha apuntado que en tanto en cuanto no es un encuentro oficial, sino amistoso, no considera "imprescindible" que haya presencia oficial. "No necesariamente en todos los partidos amistosos hay representación oficial", ha puntualizado.

Dicho esto, el socialista catalán ha señalado a la Federación Española de Fútbol como la responsable de que La Roja dispute ese partido con Guinea Ecuatorial, un país con "muchos" déficits democráticos y una dictadura "denunciables", pero al que nos unen "lazos fraternales", ha recalcado.

En este punto, Sáez ve "oportuno" recordar "de vez en cuando" que en Guinea no sólo hay una comunidad española importante, sino que además, comparte con España, expotencia colonial, lazos culturales y una misma lengua que "hay que reivindicar".

"Un partido de fútbol se puede jugar y no es incompatible con que, desde posiciones políticas, trabajemos para que algún día Guinea Ecuatorial disfrute de un régimen democrático", ha defendido Sáez, para quien ese encuentro debería servir para recordar la existencia de ese país que "a menudo" está "olvidado". "Es probable que se pueda hacer una valoración en términos negativos, pero también en positivos", ha concluido.

Más críticos en sus valoraciones se han mostrado la Izquierda Plural (IU-ICV-CHA), UPyD y PNV y ERC, quienes han pedido directamente al Gobierno que realice un boicot institucional al partido para no avalar la dictadura de Teodoro Obiang.

El régimen de Obiang ha destacado que ese encuentro refleja "las excelentes relaciones culturales y de amistad" entre España y Guinea Ecuatorial, mientras que la oposición ecuatoguineana ha lamentado que el equipo español se haya prestado al "sucio juego propagandístico" del Gobierno.

Desde IU-ICV-CHA, su portavoz de Justicia, Gaspar Llamazares, ha emplazado al Gobierno a que tome medidas para evitar que Obiang venda ese partido como un aval a su régimen y ha criticado la "falta de sensibilidad" de la Federación Española de Fútbol al organizar ese enfrentamiento, que no es un compromiso "de carácter deportivo, sino claramente político".

Compromiso a la selección

A su juicio, la Federación ha puesto "en un compromiso" a la selección española. "No deja de ser polémico que en estos momentos una dictadura como la ecuatoguineana se vea avalada, aunque sólo sea desde el punto de vista deportivo, por una selección que es la Campeona del Mundo", ha comentado en declaraciones a Europa Press.

En esta misma línea, la portavoz de Exteriores de UPyD, Irene Lozano, ha exigido al Ejecutivo que no dé "ninguna" cobertura política a ese enfrentamiento entre los combinados español y ecuatoguineano ni que envía representación alguna al mismo, "ni siquiera de mínima cortesía".

Tras mostrarse escéptica con que el Gobierno vaya a mover algo en este sentido, dado que "nunca ejerce la menor presión" hacia Guinea Ecuatorial, la parlamentaria magenta considera que el Ejecutivo debería dar un 'toque' a la RFEF con el fin de que pueda influir para frenar que este tipo de encuentros deportivos se celebren "con toda normalidad" en países dictatoriales.

En nombre del PNV, el diputado Emilio Olabarría ha criticado que disputar ese partido puede suponer "una suerte de aval" a un régimen dictatorial y "genocida", y considera que ésa no es "la mejor fórmula" para apoyar el avance hacia la democracia en Guinea Ecuatorial. "El fútbol es más que fútbol desafortunadamente y tiene un valor simbólico y de legitimación moral", ha apuntado.

El nacionalista vasco ha instado a Federación de Fútbol a que "reflexione" sobre su postura en relación con este encuentro y al Gobierno a que abandone una actitud con respecto a Guinea Ecuatorial que "raya la esquizofrenia" porque por una parte "mantiene" determinados intereses económicos y comerciales --"e incluso de influencia en tanto que ha sido excolonia-- mientras hace "mucho énfasis" sobre sus "déficits" democráticos.

Por último, el diputado de ERC Joan Tardá considera "una gran hipocresía" que se justifique la celebración de este partido asegurando que "el deporte está por encima de los regímenes políticos". Según ha proclamado, de lo que se trata es de "no dar cancha" a un dictador que es un "genocida".