El abogado que representa al fondo de inversión no sólo se ha reunido con Bankia un extremo que este periódico no ha podido confirmar sino también con un miembro de la Fundación del Valencia. En concreto, asegura, con su responsable económico, Antonio Paños, exdirector de riesgos de Bancaja. La empresa KPMG, que elaboró la auditoría externa y tiene el encargo de buscar inversores para las obras del nuevo estadio, también está al corriente. «KPMG se lo ha comunicado a la Fundación y al Valencia. Pero saben que no sólo queremos entrar en el nuevo Mestalla, sino convertirnos en propietarios del club», afirma el abogado, quien dice tener más acciones que el actual presidente del Valencia, Amadeo Salvo. El fondo norteamericano no quiere entrar en ninguna subasta para comprar el club, dice. «La oferta la tienen Aurelio, Salvo y Bankia, y el Consell la conoce. Todos saben que no queremos entrar en ninguna puja», asegura el abogado, quien rechaza tajantemente que el fondo al que representa sea «un fondo buitre» un grupo que compra un activo para especular con él.
Los cuatro pilares del posible comprador del Valencia son «la solvencia económica, el proyecto deportivo, la profesionalidad y el respeto al arraigo del club». El fondo de inversión de Estados Unidos nombraría, añade el jurista con despacho en Valencia, personas con un claro perfil profesional para gestionar el Valencia. «Tendrían un presidente florero, por decirlo de algún modo», insiste.
Esta sociedad considera que el Valencia no contesta a la oferta porque tanto Amadeo Salvo como Aurelio Martínez están apurando las opciones para que Bankia «refinancie los préstamos». «Pero la única salida que tiene el Valencia es la venta», añade.
Si este fondo no compra el Valencia, añade el abogado, está muy bien situado para adquirir el Everton. «Pero la idea es apostar por el Valencia. Hasta se imaginan poniéndole la camiseta del Valencia a una hija de Obama», asegura.
