A las 21.17 horas, con la Junta General Ordinaria ya muy avanzada, Vicente Vallés, presidente de la Asociación del Pequeño Accionista, revelaba a la sala la noticia de la noche. «Señor Salvo, me acaba de llegar un mensaje al móvil que dice que Bankia ha emitido un comunicado para anunciar que el Valencia está en venta», le indicó desde la palestra. Salvo negó con la cabeza. Vallés pasó página, pero fue el primero en avisar de la «bomba» de la noche. A continuación, Joaquín Ríos Capapé pidió el turno para ir al grano: «Señor Martínez y señor Salvo, confirmen o nieguen esta información, porque si no estamos haciendo aquí el paripé», dijo.

Habían pasado dos horas y media desde el inicio de la reunión y la asamblea adquiría entonces un color surrealista. Casi todo parecía dejar de tener sentido. El presidente de la Fundación, Aurelio Martínez, acababa de enviar un mensaje de despedida y Amadeo Salvo trató de negar la evidencia. Algunos no entendían nada. Otros se resistían a asumir la sentencia del banco.

Un «runrún» incesante

El runrún entre los accionistas presentes sobre la negativa de Bankia a la refinanciación de los préstamos había comenzado unos minutos antes. La noticia salía desde la zona de prensa, donde se había confirmado con el banco esta situación. «Bankia no refinancia», anunciaron fuentes de la entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri.

Durante un rato, sin embargo, el Palau de Congresos fue como el centro de Houston, todos pendientes de sus pantallas, en este caso de los móviles. Los periódicos confirmaban la noticia en sus ediciones digitales. Algunos se iban. Otros prefirieron quedarse a seguir las últimas noticias a través del desarrollo de la junta. La última de Salvo como presidente, eso seguro.