La denuncia presentada contra los responsables de la ampliación de capital del Valencia de 2009 por el abogado valenciano Andrés Sanchis no sólo no está cerrada, sino que progresa con la incorporación a la causa de elementos de peso, algunos de ellos inesperados. El Juzgado Número 3 de Valencia investiga a fondo ahora la venta de David Villa al Barcelona en mayo de 2010, para averiguar si hubo una comisión y a dónde fue a parar. Además de denunciar al entonces presidente, Manuel Llorente junto al de la Fundación, Társilo Piles; el presidente de la extinta Bancaja, José Luis Olivas, y el exvicepresidente del club, Javier Gómezpor supuesto delito societario, Sanchis lo hizo por un presunto «desvío de fondos» en la operación del traspaso del asturiano. El juez reclama a la Liga, ahora, aquel contrato de venta. Y llama a declarar, como testigo, al director de Victory Plan (antes Voss Marketing), Víctor Oñate. Según comunicó Llorente el día que fue a declarar, reconoció que el Barça había pagado 40 millones por Villa, y que el propio presidente del Barça, Joan Laporta, le había confesado que el mismo día de la venta, Villa había firmado un contrato con la mencionada empresa de Oñate. La presencia de José Luis Tamargo en el juzgado, entonces representante del «Guaje», ha sido también requerida.
Han sido llamados también a declarar como testigos la expresidenta del patronato, Mariola Hoyos y al exdirector del Instituto Valenciano de Finanzas, Enrique Pérez Boada, que firmó el aval del préstamo de Bankia (75 millones de euros) para la Fundación. El juez requiere también el contrato de Javier Gómez en el Valencia, así como el documento del finiquito. A Bankia le pide las actas del Comité de Riesgo que aprobaron conceder aquel crédito que aún está por pagar.
