Oleg Salenko (San Petersburgo, 1969) afirma en las entrevistas que se acuerda «todos los días» de aquel 28 de junio de 1994, del partido que marcó la cima de su carrera con los cinco goles, de una tacada, que marcó con Rusia a Camerún (6-1) en la fase de grupos de Estados Unidos 94. Una proeza inédita que nadie ha logrado igualar en la historia del campeonato y que rompió el récord que ostentaba el francés Just Fontaine, que en Suecia 58 ajustició a la República Federal Alemana con cuatro dianas.

En viajes a Estados Unidos, Oleg se congratula de que los aficionados al «soccer» todavía le recuerden una heroicidad que sirvió de poco para la selección rusa, que no pasó a octavos de final después de haber perdido los encuentros anteriores contra Brasil, a la postre campeona (2-0), y ante Suecia (3-1). Contra el combinado escandinavo, sorprendente semifinalista, Salenko logró, de penalti, el tanto ruso que, unidos a los de la exhibición ante Camerún, le catapultaron al «pichichi» del torneo junto al barcelonista Hristo Stoichkov, líder de una Bulgaria que alcanzó las semifinales. Pese a que el promedio de Salenko fue mejor (una media de dos goles por partido), la FIFA repartió la Bota de Oro entre los dos delanteros, una anécdota que comentaron cada vez que se encontraron en un terreno de juego.

La goleada a una Camerún que había sido la animadora del Mundial anterior en Italia sirvió, entre otras razones, para que realzar el mérito del Valencia, que semanas antes había cerrado su fichaje, procedente de un Logroñés al que llegó cobrando el sueldo mínimo profesional y con el que había marcado 23 goles en dos temporadas. En el Stanford Stadium de Palo Alto, bajo el sol californiano, Rusia todavía conservaba en sus filas jugadores ucranianos y georgianos procedentes del apenas extinto bloque soviético. Oleg abrió la cuenta a los 15 minutos. Camerún, con poca disciplina táctica, se marchó alocadamente a por el empate y Salenko marcó dos goles antes del descanso, en los minutos 41 y 44, de penalti, para calvario de Jacques Songo'o, portero que luego triunfó en el Deportivo. Roger Milla, con 42 años, recortó distancias y de nuevo Camerún se precipitó hacia un partido imposible. En los minutos 72 y 75 Salenko remató la faena. Radchenko cerró la cuenta con el sexto.

Después del Mundial norteamericano, la carrera de Salenko fue decreciendo. En la campaña 94-95 no se adaptó al Valencia. Fue superado en la titularidad por Lubo Penev, recuperado de un cáncer testicular. Dejó como legado dos goles en el Bernabéu ante el Real Madrid con los que el Valencia encarriló el pase a cuartos de un torneo en el que sería finalista.

El club de Mestalla logró un buen traspaso al Rangers de Glasgow. Su estrella comenzó a apagarse por las lesiones. Después de tres temporadas en Turquía recaló brevemente en el Córdoba, antes de retirarse en el Pogon Szczecin polaco en 2001. Una noticia lo sacó del anonimato en 2010, cuando reconoció que estudiaba vender la Bota de Oro del Mundial de sus seis goles. Había recibido una oferta de los Emiratos Árabes con la que podía subsanar algunas deudas al quebrar por la crisis pequeños negocios que mantenía en Rusia: «No estoy arruinado ni nada por el estilo como para vender mis cosas, pero la oferta es difícil de rechazar». No trascendió qué pasó finalmente. Salenko esperaba que algún inversor local contraofertara «y no venderla al extranjero» en un intento de que Rusia conservara el preciado trofeo de la tarde californiana que marcó su vida.