Amadeo Salvo se reunió ayer por la tarde con Juan Antonio Pizzi para comunicarle que el club no cuenta con él para la próxima temporada. O más concretamente, que no entra en los planes del nuevo comprador. Salvo trasladó al técnico que el club no abordará ni concretará su salida hasta que cristalice la venta de la entidad a Peter Lim que, todo apunta, será la próxima semana. Salvo, muy cercano al técnico durante los meses que el argentino ha estado en Valencia, quiso con el encuentro de ayer poner fin a la rumorología y que Pizzi conociera directamente la decisión del club. De esta forma, defienden, el técnico y sus ayudantes aún tienen margen de maniobra para poder vincularse a otro club.

El presidente sabía y así se lo había trasladado el entorno de Pizzi que el técnico estaba muy molesto porque consideraba que no se le estaba tratando como se merecía. Y es que, tras la elección de la oferta de Lim por parte del patronato, Salvo ratificó al entrenador y durante el viaje a Hong Kong volvió a asegurarle que su puesto de trabajo no corría ningún peligro. Sin embargo, el hecho de que se prescindiera de él en la reunión que el pasado miércoles mantuvieron Salvo, Rufete, Mendes y Lay Hoon en las oficinas de la empresa del presidente ya alertó al técnico que empezó a sospechar que iba a ser despedido.

Fue un día después cuando, telefónicamente, Rufete puso al tanto al técnico de la reunión, le dijo que Lim había pensado en otro técnico (Nuno Espíritu Santo) pero que él, como director deportivo, iba a tratar de que siguiera al frente del equipo porque confiaba en su trabajo y en la forma en la que había gobernado el vestuario. Ayer, tras días de incertidumbre, Pizzi escuchó de boca de Amadeo Salvo que su etapa en el Valencia había finalizado.