Siete jugadores de Costa Rica fueron llamados para hacer exámenes, mientras que por Italia comparecieron apenas dos. Ante el escándalo generado, la FIFA explicó a través de su cuenta de Twitter que dos jugadores pasaron por el control que siempre hace tras un partido y los otros cinco correspondían a controles previos que no habían sido practicados. «Podrían haber llevado a los once y si quisiesen podrían llevar al entrenador y al médico también. Estamos tranquilos y no hay problema, pero espero que lo hagan con todos los equipos también», declaró Pinto. «Nosotros corremos. Si los otros no corren es problema de ellos. Nuestro equipo está listo para correr y jugar al fútbol durante los noventa minutos», añadió el entrenador colombiano de la selección que ha sido la gran sensación.

Gianluigi Buffon, guardameta de la selección italiana, indicó ayer, a dos días del trascendental encuentro contra Uruguay en Natal, que si caen eliminados del Mundial «será un fracaso». Admitió que «nadie puede escapar de esta evidencia. Tenemos que jugar con la mente fría y corazón caliente». Italia y Uruguay se jugarán una plaza en octavos de final.

Steven Gerrard, centrocampista del Liverpool y capitán de Inglaterra, indicó ayer que aún no ha tomado decisión alguna sobre su futuro en la selección nacional. «Necesito más tiempo», reveló Gerrard, quien antes del Mundial señaló que tras el torneo anunciaría si decide continuar a disposición de los seleccionadores o no. No obstante, habló ayer con su entrenador y estuvieron de acuerdo que no era el mejor momento para tomar una decisión.

La Policía Militar del Estado de Río de Janeiro reforzó el control de acceso al Maracaná, donde se disputó el Bélgica-Rusia, después de los incidentes registrados en los dos anteriores encuentros, cuando varios aficionados argentinos y chilenos accedieron al estadio sin entrada. Muchos de los efectivos de la Policía Militar desplegados en los aledaños del Maracaná llegaron directamente de las favelas de la ciudad.