La Fundación Valencia CF comienza a plantearse una plan B para decidir el futuro del club en caso de que falle finalmente la operación de compra-venta con Lim. Pero no hay ninguna estrategia preparada. El fracaso de la operación significaría un regreso al mes de noviembre, antes del inicio del proceso. Bankia debería decidir si aceptaría otro procedimiento, vista la calidad de los ofertantes. Ninguna otra de las propuestas ha garantizado ante el banco disponer del dinero suficiente para satisfacer el pago de los créditos.

Desde el Valencia, Amadeo Salvo sí que ha hecho camino para una posible presentación de un preconcurso de acreedores, una salida forzada para evitar que el club entre en un estado de liquidación. Con esta fórmula, el Valencia dispondría de tres meses de margen para negociar con los acreedores antes de que se declarara el concurso de acreedores. Una alternativa que da la ley con el fin de intentar llegar a un acuerdo para el pago de la deuda. Durante ese tiempo, desaparecería la situación de insolvencia, y si se llega al acuerdo, no habría que presentar concurso. En caso negativo, en el mes siguiente sería necesario convocarlo.