La Fundación Valencia CF espera ansiosa la decisión de Peter Lim para convocar el patronato en el que ratificar la venta. El contacto entre la comisión ejecutiva y el presidente del Valencia, Amadeo Salvo, es constante. En concreto, con Aurelio Martínez, que el martes se atrevió a afirmar por primera vez que ya no estaba tan «seguro de que la oferta se vaya a firmar». Las últimas noticias llegadas ayer desde Singapur, sin embargo, alentaron de nuevo a Aurelio y al resto de patronos del núcleo duro del grupo, entre los que continúa Francisco Blasco. El catedrático de derecho fue el primero en abandonar la reunión del pasado martes a la que asistieron once de los 22 patronos y se abrió la especulación de su posible dimisión. Blasco, sin embargo, continuará en el grupo del máximo accionista, al menos, hasta que se finalice la operación, si es que lo hace.

La Fundación está a la espera de redactar contrato de compra-venta definitivo. El millonario oriental habría pedido, como es lógico, la inclusión varias cláusulas. La letra pequeña que le de garantías en algunos asuntos que ahora le preocuparían. Como el tema de Newcoval, tras el requerimiento de José Granell, para asegurarse no tener que responder a los 87 millones de euros que reclama el exconsejero delegado de la sociedad creada al 50 por ciento por una filial de Bankia y por Aedifica. Esta es la versión de la Fundación, que también admite que Lim quiere estar seguro de que la ampliación de capital de 2009 no corra peligro, algo que el propio demandante, el abogado valenciano Andrés Sanchis, niega rotundamente. Su demanda está dirigida a depurar responsabilidades y nunca a anular aquel procedimiento que permitió a la Fundación convertirse en máximo accionista del Valencia.

Mientras se esperan noticias de Singapur, la Fundación no puede poner fecha todavía a la reunión oficial del Patronato, aunque el deseo es hacerlo esta misma semana. Una citación que nadie da por segura en una operación que lleva semanas dilatándose.