La Fundación Valencia CF, propietaria del club de Mestalla con el 70,4 por ciento de sus acciones, transmitió ayer su incertidumbre respecto a la venta al singapurense Peter Lim. Por primera vez desde que comenzó el proceso del traspaso de la sociedad al millonario oriental, las sensaciones son contrapuestas. El núcleo duro del Patronato ha perdido confianza. Las dudas respecto a que la operación llegue a buen puerto han aumentado considerablemente en los últimos días. Hasta el punto de que, ayer, la Fundación convocó una reunión para informar de la situación a todos sus miembros. Sólo la mitad del grupo, once patronos, acudió a la cita, presidida por Aurelio Martínez. No hubo rueda de prensa, pero el catedrático de Economía Aplicada emplazó a los medios a una cita para muy pronto, posiblemente para hoy. Lim se ha dado 24 horas para dar una respuesta.

El «si» o el «no» del inversor de Singapur, al aparecer, ya está tomado, pero todavía no ha trascendido. Según la versión de la Fundación, corroborada por todos los patronos consultados, Lim podría haberse reculado en su intención de comprar el Valencia por la recepción de distintos requerimientos, varios de ellos enviados por José Granell, exsocio de Newcoval, por el que reclama al club 87 millones de euros. Pero hay más. Otros siete papeles que Aurelio Martínez habría enseñado ayer a los otros diez patronos reunidos. Un conjunto de obstáculos llegados desde diferentes puntos del entorno del club cuyo objetivo sería impedir esta operación. Hasta la demanda del abogado valenciano Andrés Sanchis contra Manuel Llorente, cuyo objetivo no es anular la ampliación de capital sino depurar responsabilidades por no haber repartido después las acciones, entre otras peticiones y que está en curso, aparece en esa lista. Todos estos asuntos eran conocidos por Aurelio y Salvo desde su llegada, y los referentes a Newcoval (el contrato con esta sociedad participada por una filial de Bankia ya extinta reflejaba un pago de entre 900.000 y 1,8 millones de euros) estaban reflejados en la «due-dilligence».

La otra versión defiende que las condiciones ofrecidas por Peter Lim para comprar el Valencia, variadas desde la primera oferta, son muy perjudiciales para la entidad de Mestalla, tal como valoró el decano de los abogados valencianos, Mariano Durán. Y que todos estos papeles aparecidos en los últimos días no serían más que «excusas» utilizadas para no cerrar un acuerdo que parecía cerrado. Mientras, Bankia ha informado a Granell, donde asegura que sus decisiones, no eran conocidas, ni tenía el consentimiento del banco, porque no han sido remitidas al Consejo de Administración. Bankia ha remitido copia de la carta a Meriton, la empresa de Peter Lim, así como a la Fundación del Valencia CF.