Newcoval sigue siendo un obstáculo para el nuevo comprador. O se lleva a cabo el plan, o el nuevo dueño del Valencia tendrá que lidiar judicialmente con las empresas que auspiciaron el proyecto. Al menos eso se desprende de las palabras de José Granell, consejero delegado de Newcoval. Granell defiende que, a pesar de lo expresado por el Valencia e incluso por Manuel Llorente, el contrato está vigente y que, por tanto, el nuevo comprador está obligado a ejecutarlo. De no hacerlo, Granell avisa que se tomaran «medidas legales». Sin embargo, todo apunta que es sólo una amenaza ya que Newcoval no podrá demandar si no está con ello de acuerdo Bankia Habitat, socio de Aedifica en ello. Y Bankia Habitat se ha desmarcado.

El 21 de diciembre de 2011 el Valencia firmó un contrato con Newcoval, formada por dos sociedades propiedad de Bancaja (ahora Bankia) y el grupo Aedifica para, con un plan de viabilidad, tratar de sanear al club poniendo en «valor los activos, eliminado pasivos y redistribuyendo las cargas». El plan no se realizó porque, según el consejero delegado, primero, el día que se iba a rubricar ante notario «apareció la sentencia del nuevo estadio», y en la segunda cita, Bankia no firmó porque no se habían cumplido «hitos». Sin embargo, Newcoval reclama la vigencia al Valencia porque se han cumplido «todas las clausulas de tipo urbanístico». Un lio, cuanto menos curioso, porque Bankia formaba parte de Newcoval. «Creo en la cordura y la razón del que va a invertir», lanzaba Granell. El acuerdo estaba sujeto al cumplimiento de una serie de condiciones suspensivas, urbanísticas y financieras. Tanto Amadeo Salvo, actual presidente del Valencia, como Manuel Llorente, su antecesor en el cargo y firmante de ese acuerdo, defienden que esas condiciones no se cumplieron y que el contrato no está en vigor.

En las últimas semanas, Granell, avalado por la decisión del Consejo de Administración de Newcoval del día 29 de abril de 2014, ha enviado un requerimiento notarial a los compradores, a los patronos y a los miembros del consejo de administración del Valencia para avisar de la «responsabilidad que tienen» si no ejecutan el plan Newcoval ya que ellos, defiende, lo que buscan es que «no se perjudiquen los activos de la sociedad». Granell leyó el requerimiento enviado y, además de « salvaguardar los activos de la propiedad» se comunica «la existencia de Newcoval y que tiene dos activos: el ATE y un protocolo de permuta de todos los activos del Valencia. Aprobamos también llevar a cabo las acciones judiciales que correspondan en el supuesto de que la venta no se tengan en cuenta los derechos adquiridos por Newcoval en virtud del contrato de permuta, que está en vigor».

Precisamente esta documentación, es la que ha hecho dudar en los últimos días a Peter Lim a la hora de cerrar el contrato de compraventa del club. Granell desvela que, hace unas semanas, el asesor urbanístico de Lim, Enrique Isla, se puso en contacto con ellos para saber exactamente qué ocurría. Primero, afirma, les justificó que en el volcado de documentos (data room) no aparecía toda la información relativa al plan Newcoval y, tras recibir el requerimiento, volvieron a llamar para «que nuestros abogados les explicaran la situación. Nos dijeron que desconocían ese tema. Quedamos en hablar y estamos a la espera», incidía. «El abogado nos dijo que no paran de aparecer problemas. Dicen que esto de Newcoval lo asume el Valencia o la Fundación o no se hace la compra», desvelaba Granell que, durante la rueda de prensa, negó ser parte de alguna de las ofertas descartadas en la venta del Valencia. Sí admitió que había advertido de la existencia del plan Newcoval tanto a Rus con el que dijo haberse reunido a Wanda, Meriton y con Cerberus.

Granell, que compareció acompañado por el director general Santiago Gómez, aseguró que no se mueve «por dinero» y sí por el bien del Valencia de quién alardeó ser socio y accionista. «Se me cae la cara de vergüenza de ver el estadio sin acabar», dijo tras reclamar que, el nuevo comprador, «quite toda la deuda del Valencia».

«No quiero que me paguen nada sino que ejecuten el plan», remarcaba. Sin embargo, todo apunta que el cabeza visible de Aedifica reclama el pago de 87 millones de euros en concepto de indemnización por los derechos de propiedad intelectual del proyecto Newcoval. Según Manuel Llorente, Granell sólo puede pedir los costes del proyecto, una cantidad estimada en unos 900.000 euros, tal como se especifica en la página 44 del contrato firmado ante el notario Miguel Vicente-Almazan. Tras reclamar la propiedad de la ATE, Granell aseguró que ha presentado una instancia para que se declare nula la modificación de la misma porque no se les había consultado nada al respecto.