La Fundación Valencia CF espera ansiosa una carta que viaja desde Singapur. El documento definitivo, seguramente, para que se materialice o no la venta del club de Mestalla al singapurense Peter Lim. El empresario oriental y su equipo redactaban ayer las últimas modificaciones al contrato que refleja sus condiciones para asumir la propiedad accionarial del Valencia, a través de la empresa Meriton Holding. Desde su sede, en el centro de Singapur, estaba previsto que saliera anoche, hora española, el informe reelaborado por la asesora de Lim, Lay Hoon, la ejecutora de las decisiones del millonario oriental.

El contrato, en el que se demuestra si Lim establece nuevas garantías o claúsulas, o si por el contrario se eliminan algunas estipuladas por la Fundación, será revisado inmediatamente por la consultora Price&Waterhouse Coopers, encargada de realizar el informe sobre el que se han redactado los documentos que el grupo de Lim escrutaba ayer con lupa. El plan de la Fundación está ya establecido. El proceso no admite más demoras y se sienten ya en la recta final. Nada más disponer de la «opinión» de P&C, para comprobar si hay muchas variaciones o si sólo se han cambiado algunos puntos de poca trascendencia, se convocará el Patronato. La reunión definitiva, en la que los 22 patronos decidirán si la venta satisface al Valencia se realizará el martes o el miércoles. La idea es convocarlo entre hoy y mañana, con tres días de antelación, como dictan los estatutos. El propio Aurelio Martínez, presidente de la Fundación, transmite mucho optimismo al respecto. «No se esperan sorpresas», asegura.

El catedrático en Economía Aplicada y el resto del núcleo duro del Patronato han recuperado el optimismo en los dos últimos días, después del viaje que el presidente del Valencia, Amadeo Salvo, realizó a Singapur el pasado miércoles. Vino, al parecer, con buenas noticias. Lim, vino a decir, quería desvincularse completamente de cualquier litigio futuro con Newcoval que reclama 87 millones de euros al Valencia por la propiedad intelectual de un plan para saldar la deuda del club a cambio de gran parte de su patrimonio, así como de asegurarse de que la ampliación de capital de 2009 no puede ser anulada por un juez.

Lo que sí se sabe con certeza es la negativa de Peter Lim a aceptar las claúsulas «antifuga» que estaban redactadas en el primer borrador del contrato. El magnate asiático no acepta la petición de pagar 200 millones de euros de penalización en caso de abandonar el Valencia en los primeros cinco años. La Fundación lo justifica. Entiende que se trata de un requisito que no tiene sentido, teniendo en cuenta que Lim «no se va a pagar a sí mismo siendo el dueño del club». La variación, sin embargo, deja a la entidad de Mestalla desprotegida, aseguran voces autorizadas del entorno del proceso.

Diez de los 22 patronos mantuvieron ayer una reunión informal, en el bar anexo a la sede de la Fundación. Este grupo, al menos, está convencido de la venta.