Las federaciones territoriales son un lamento constante. Unos entes aparentemente en la ruina por la (verdadera) falta de subvenciones. Sin embargo, cuando llega el ciclo electoral „todas eligen a sus presidentes este año„, siempre hay media docena que acaban en el Tribunal del Deporte por el cruce de acusaciones sobre presuntas irregularidades, «pucherazos» y otras polémicas. Lo que significa que, a pesar de esa aparente precariedad, sigue habiendo ansias por ocupar los sillones presidenciales.

Esta constante, multiplicada, es lo que sucede con la de tenis, una federación en permanente estado de histeria. Y así va a seguir siendo en el actual proceso electoral. Antes de que llegue la votación definitiva, las dos candidaturas se han enzarzado en una batalla legal en la que los actuales rectores „el grupo que encabeza el presidente Fernando García Armengol„ intenta minar la, números en la mano, virtual victoria del otro candidato, Antonio Martínez.

2011: dimisión abrupta

No son nuevas las polémicas. Hace cuatro años, por ejemplo, José Emilio Cervera ganó con claridad (69 a 33 votos) las elecciones a los entonces rectores, encabezados por Joaquín García. Se dio el caso, poco menos que inaudito, de que fue esta candidatura, la «oficialista» la que denunció irregularidades en la captación de votos. Lo normal es que las acusaciones procedan de las candidaturas «alternativas», en contra de aquellos que tienen los resortes del poder. El caso es que la presidencia de Cervera duró apenas un año y acabó con una abrupta dimisión, nunca bien aclarada (como siempre, enmascarada en «asunto personales»), pero con un trasfondo de gestión económica que dejó a la Federación en una situación especialmente precaria. Tras un periodo de interinidad, se plantearon unas nuevas elecciones con victoria de Fernando García Armengol sobre Luis Rodríguez en mayo de 2012.

2013: censura frustrada

Esta presidencia, en principio de periodo reducido, también ha sido accidentada. Primero, por una dimisión en bloque a finales de 2013, acompañada por un intento de moción de censura que habría tenido a la cabeza a Antonio Martínez Cascales y que fue abortado en febrero de 2014 al detectarse avales falsos en la misma.

Desde entonces surgió la rivalidad. Armengol acusa a Martínez Cascales de que su aspiración a ser presidente de la valenciana no es más que un paso intermedio para aspirar a presidir la española y que sus intereses económicos están centrados en el tenis «por lo que no se puede ser juez y parte».

Ventaja para Cascales

Una vez convocadas las elecciones de 2014, la candidatura de Cascales aparece como clara favorita. La federación está formadas por cuatro estamentos (jugadores, clubes, técnicos y árbitros), cuyos representantes electos son los que, a su vez, designan el presidente. El «alter ego» de Juan Carlos Ferrero calcula una ventaja de 68 a 52.

Relación de empresas

Sin embargo, el todavía presidente denunció ante el Tribunal del Deporte lo que considera una irregularidad en la persona de Cascales: su vinculación comercial con la federación. Ayer, su grupo celebraba que «el Tribunal del Sport confirma que Cascales deberá abandonar la relación que mantiene con sus empresas si es elegido presidente de la FTCV». En concreto, se atienen a los estatutos de la federación, en la que se refleja que el presidente no puede ser, a la vez, presidente de un club ni establecer relación comercial alguna.

Ayer, el entrenador de Juan Carlos Ferrero quiso minimizar la cuestión. «Sólo hay una factura a nombre de Equelite, por los servicios de participación de un entrenador (Samuel López), que fue invitado a realizar un cursillo de monitor, una cantidad de dinero que nosotros le abonamos a él. Creo que García Armengol hace una interpretación muy sui generis del informe del Tribunal y que, ante la imposibilidad de ser presidente, tiene que recurrir a argumentos nada sólidos. Yo cumplo todos los requisitos para ser presidente».

No parece que la elección, sea cual sea el resultado, vaya a apaciguar la discrepancia, puesto que el grupo de Armengol tiene abierto un procedimiento judicial por la moción de censura de 2013, la de los avales falsos.

«Aquí parece que si no ganas legítimamente las elecciones, hay que intentar ganarlas de otra manera. Yo estoy muy tranquilo y creo que el mundo del tenis también lo tiene claro» aseguró Martínez Cascales, mientras que la Agrupación de Clubes de Tenis, que apoya a García Armengol, reitera que «el informe coloca a Martínez Cascales en una situación incómoda respecto a su futuro empresarial».