Está demostrado que el fútbol es un deporte en el que también cuenta la genética. Raras, e ilustres, son las excepciones en las que se ha cortado la línea natural del talento. El hijo de Pelé, Edinho, acabó metido en drogas y no prosperó como jugador. El hijo de O Rei, además, era portero. Tampoco hizo carrera el hijo de Maradona. Todo lo contrario que otros muchos jugadores, que inocularon la afición del futbol a sus hijos, que triunfaron, soportaron bien el peso de las expectativas en sus apellidos de abolengo y jugando en muchos casos en la misma demarcación que sus padres. Es el caso de los Verón, Sanchis, Montero, Lampard, Periko y Xabi Alonso, Miguel y Pepe Reina, Isidro y Quique, Mazinho, Thiago y Rafinha...

Sin embargo, una familia destaca sobre todas, con un porte aristocrático y con una fidelidad innegociable a unos colores. Hablamos de los Maldini. La saga de defensas ya va por la tercera generación. Siempre con clase, siempre milanistas. Christian y Daniel Maldini, hijos de Paolo y nietos de Cesare, comienzan a destacar en las categorías inferiores del club «rossonero». Este fin de semana Christian debutó con el equipo «primavera» (el filial) del Milan en Perugia, en el centro de la defensa, con el 6 a la espalda y con gol incluido, antes de lesionarse. El mismo día, Daniel, nacido en 2001, el año en el que el Valencia perdió su segunda final de Champions en San Siro, el estadio en el que suspira por debutar algún día, contribuía con un tanto al triunfo sobre el Lumezzane (3-0) del juvenil del Milan, donde ha roto la tradición y juega como delantero.

Queda por ver si dentro de unos años las dos promesas llegan a reeditar los éxitos de sus familiares, originarios de eslovenos emigrantes apellidados Maldic que en los años 30 italianizaron su identidad.

Poco a poco comienza a perder fuerza el Southampton de Ronald Koeman, la indiscutible sorpresa del inicio de temporada en la Premier. No ha sido una buena semana para los Saints. El lunes empataron en casa del Aston Villa y ayer sucumbieron en su estadio contra el Manchester City, que les arrebata la segunda plaza. El Sotton aguantó con entereza durante la primera mitad, pero en la reanudación los de Pellegrini, todavía sin el lesionado Silva, aplicaron el rodillo con goles de Touré, Lampard y Clichy, con dos asistencias incluidas del Kun Agüero. Por lo demás, el líder Chelsea se dejó dos puntos ante el Sunderland (0-0), mientras que el Liverpool y el Arsenal tomaron algo de oxígeno en sus respectivas crisis, con triunfos pírricos, de los «gunners» ante el West Bromwich Albion (0-1) y de los «reds» ante el Stoke City (1-0).

La Bundesliga ofrece imágenes impensables en otros campeonatos, como el español. Tres históricos, como el Borussia Dortmund, Hamburgo y el Stuttgart, que acumulan veinte títulos de liga entre los tres y alguna que otra Liga de Campeones, ocupan las posiciones de descenso.

El Cerezo Osaka, uno de los clubes con más tradición de la liga japonesa, descendió de forma matemática a la segunda división nipona al perder en la penúltima jornada ante el Kashima Antlers (1-4), que corrobora el fracaso del club en el que milita Diego Forlán.