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El "raspall" estrena monarca

Marrahí vence a Pepe en una final del individual que marca el relevo generacional

El "raspall" estrena monarca

El "raspall" estrena monarca

alberto soldado | bellreguard

Una hora antes del comienzo de la final ya no cabía nadie en el Trinquet El Zurdo de Bellreguard. Con un ambiente tan hermoso saltaron a la cancha dos jóvenes pelotaris, auténticos gladiadores de este deporte: Marrahí de Villanueva de Castellón y Pepe de La Llosa de Ranes. Afrontaban el reto más importante de su joven carrera profesional y lo hacían cargados de esperanzas, dispuestos a dejarse la piel, el cuerpo y el alma en el intento. La «cátedra» vio como favorito a Marrahí, un jugador de contextura atlética, «un tractor de cadenas», como lo calificaba un veterano aficionado de Beniopa, frente a un Pepe, espigado, de reflejos felinos.

La moneda otorgó a Marrahí el saque y no desaprovechó el primer juego, a pesar de las buenas vibraciones que Pepe demostró en el resto. Con el 10-5, el de La Llosa se encaró al saque e impresionó con tres pegadas irrestables, fuertes y matemáticamente colocadas. La locura de sus muchos seguidores, llegados en autobuses desde su pueblo natal, se desató: había partida. Allí había un pelotari que tras eliminar al campeón estaba dispuesto a romper las previsiones.

El "raspall" estrena monarca

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Marrahí no se puso nervioso. En cuanto pudo meterle la mano al primer saque demostró que en el peloteo superaría a Pepe. Y así fue: remontó el «val net» y se marchó en el marcador un 15-5. Hay que recordar que en el mano a mano el marcador sale igualado a 5 hasta un total de 25. Todo parecía cumplirse conforme a las previsiones pero vino la reacción de Pepe que fue capaz de ganar un juego en el resto y apretar el marcador. Con todo, Marrahí, poco a poco, con un juego de pegada segura y machacadora volvió a tomar la iniciativa para colocar un 20-10 y «val net» en el marcador.

Increíblemente Pepe consiguió remontar el juego desde el resto e inyectar emoción: 20-15 y el saque en la mano. Parecía más fresco en el aspecto físico y el entusiasmo de sus seguidores volvió a desatarse. Tuvo «val» para poner la igualada a 20 pero no consiguió rematar el «quinze» y Marrahí amarró la victoria cuando peor parecía pasarlo. La alegría fue para él. Pepe puede marcharse muy satisfecho: ha estado en la final y ha plantado cara al favorito con dignidad. Ha sido protagonista de una hermosa fiesta, la más grandiosa del «raspall» profesional. Una modalidad que vive un momento de crecimiento y de entusiasmo con nuevas incorporaciones. Una generación, que como ayer se demostró, tiene calidad y es capaz de llenar trinquetes.

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