Si hay alguien que aparece en todas las apuestas para privar a Marc Coma de su quinto Dakar este es Joan Barreda. A sus 31 años, el piloto de Torreblanca afronta a partir de hoy su quinta edición de este mítico rali consciente de que hay muchas miradas puestas en él. Empezando por su equipo, Honda, que este año ha echado el resto y ha construido una escuadra fuerte y competitiva que gira en torno al castellonense y que arrancará en Buenos Aires con las máximas esperanzas de éxito. Luego, en una prueba de estas características hay muchos factores que pueden mandarlo todo al traste, un despiste, un pinchazo, un problema mecánico (como el que le hizo perder 50 minutos este 2014) una duna puñetera... pero Barreda ya sabe bien lo que es enfrentarse a todos ellos. Lleva cuatro años de progresión, desde su abandono en 2011, al séptimo puesto de la pasada edición en el que fue su primer año con Honda y donde logró ganar cinco etapas (una más que en 2013) y llegó a ser el líder durante la primera semana.

Ahora, con un año más de experiencia y en un Dakar donde no estará el pentacampeón Cyril Deprés (que compite en coches) ni tampoco Chaleco López, Barreda parte con más opciones que nunca. Eso sí, Marc Coma, con cuatro títulos y once ediciones a sus espaldas, no se lo pondrá nada fácil. El catalán indicaba estos días que su principal rival será el castellonense. Aunque no hay que olvidar tampoco al subcampeón actual, Jordi Viladoms, compañero de Coma en el Red Bull KTM.

Honda, que domina en MotoGP con Marc Márquez, no gana el Dakar desde 1989 y para tener las máximas opciones ha rodeado a Barreda de otros grandes pilotos. Así, el portugués Paulo Gonçalves será su primero de apoyo, y el chileno Jeremías Israel el segundo. También estará con ellos, aunque con algo más de libertad, el luso Paulo Gonçalves, campeón del mundo de ralis Cross Country. Sin olvidar la primera participación con moto oficial de Laia Sanz. La catalana logró acabar décimo sexta el pasado mes de enero convirtiéndose en la mejor mujer en los 36 años de historia. Este año aspira a acabar, al menos, entre los 10 primeros, y será todo un lujo verla junto a Barreda. Para este nuevo reto el de Torreblanca cuenta con una moto mejorada. Con unos depósitos nuevos de plástico algo más estrechos que los anteriores, suspensiones más eficientes, además de varios cambios en el sistema electrónico. Todo ello realizado a medida, en muchos casos, bajo indicaciones particulares del piloto castellonense y que deberían darle todavía más opciones de éxito.

Si por algo se ha caracterizado Joan Barreda en estos años en el Dakar es por su velocidad. Su agresividad y osadía sobre la moto le convierten en un piloto peligroso en cualquier terreno. En principio, la altitud no le beneficia demasiado, algo que podría pasarle factura en las cuatro etapas que hay de estas circunstancias, especialmente las que transitan por Bolivia. En esta ocasión el Dakar pasará también por Argentina y Chile, como ya hiciera en la pasada edición aunque con la salvedad de arrancar y finalizar en Buenos Aires. La organización ha planteado un recorrido de 9.000 kilómetros en los que se alternan las superficies, de piedras a dunas, y las etapas largas y extenuantes, con otras más cortas y explosivas. Además, se han separado los recorridos de motos y quads de los de coches y camiones, lo que puede provocar más extravíos. Esperemos que Barreda no esté entre ellos y pueda cumplir su sueño.