En un célebre capítulo de los Simpson, Homer y un grupo de amigos acaban en el vestuario de los ganadores de la Super Bowl tras sufrir todo tipo de peripecias para intentar ver en vivo este partido que literalmente paraliza a ese inmenso país que es EE UU y cuyos ecos y repercusión llega, en mayor o menor medida, a casi todo el planeta. Rincones muy diversos entre los que Valencia, una de las ciudades españolas donde más se vive este deporte, con dos equipos en la élite desde hace tres años, no podía ser una excepción.
Esta noche, como todos los años, los seguidores de este deporte se reunirán en alguno de los diversos pubs que ofrecen el partido (que emite Canal+1 a partir de las 00.00 horas) para vivir intensamente la mayor cita anual del fútbol americano mundial y también uno de los eventos a nivel global que genera más expectación, ingresos y cifras de todo tipo.
Así, el portavoz de los Giants, Chema Millán, indica a Levante-EMV que «en un país como España donde el fútbol lo fagocita todo, el resto de deportes estamos en minoría, pero hoy para nosotros es un día de reivindicación y de fiesta». Una celebración que, como pasará en el Estadio de la Universidad de Phoenix, será en familia porque este deporte, al revés que en el fútbol, por ejemplo, «nunca se da la violencia ni la agresividad entre aficiones. La gente va en familia a verlo, se reúnen horas antes porque es una fiesta general», dice Millán.
En el plano puramente deportivo, la edición de este año, que es ya la 49, enfrentará a las dos mejores franquicias de los últimos tiempos en la que para muchos es la mejor final que se podría haber dado. Así, los vigentes campeones, Seattle Seahawks, pretenden revalidar su título de 2014 y ser el primer equipo en hacerlo en los últimas temporadas. Precisamente, los últimos que lo consiguieron fueron su rival de esta noche, los New England Patriots, que lo lograron en 2003 y 2004 y para los que esta será su octava Super Bowl.
Tal es el nivel de ambos que Chema Millán no se atreve a apostar por ninguno. Sin embargo, las apuestas son otro de los grandes atractivos de la final, moverán miles de millones, pero ayer estaban exactamente igualadas para los dos equipos.
Pero este multitudinario evento es mucho más. Algunos lo definen como «aquello que se da entre carísimos anuncios». Y no es para menos. De las más de tres horas y media que se prolongará la emisión, en torno a 47 minutos serán anuncios, reportando para las cadenas unos 1.900 millones de euros. Así, en 2014, por ejemplo, las marcas llegaron a pagar 3,7 millones de euros por anuncio.
Otro momento muy esperadosiempre es el concierto del descanso. Durante todo el año se especula con quién lo dará, cómo será... Este año, la elegida ha sido Katy Perry que promete sorpresas entre las que puede haber tiburones, leones, o la compañía de Madonna o Cher. Espectáculo en mayúsculas. Super Bowl en estado puro.
