Si tuviéramos que elegir un hecho relevante en la historia del campeonato profesional de Escala i Corda, que supera el medio siglo de vida, ninguno como el protagonizado por el inolvidable «mitger» de Museros: Francisco Ruiz Forner, ´Ruiz´, considerado entre los más grandes de la historia moderna de la pilota valenciana. Conquistó el campeonato después de casi dos años retirado de los trinquetes por una grave enfermedad: cáncer de laringe.

Detectada la dolencia, con casi cuarenta años de vida, Ruiz fue sometido a una intervención quirúrgica que le agujereó la garganta y le privó de las cuerdas vocales. Aquello parecía definitivo. Ruiz, que no había hecho otra cosa en su vida que jugar a pilota, se vino abajo. Aquella indomable vitalidad que le acompañaba dentro y fuera de las canchas se convirtió en una profunda depresión.

Sus compañeros salieron en tropel de solidaridad para organizar un gran homenaje benéfico en el trinquet de Massamagrell. Era el año 1970. Lleno apoteósico y tarde de intensas emociones, con todas las figuras de la época. Ruiz no se rindió. Animado por su familia, sus compañeros y aficionados se lanzó a una intensa preparación con el objetivo de volver a pisar los trinquetes.

Y así lo hizo dos años después „1972„ para regresar por la puerta grande y conquistar el campeonato acompañado de otro veterano de lujo como Antonio Signes, ´Suret I de Carlet´ y de un joven de 16 años, José Ortuño Signes, ´Xatet II de Carlet´ que al poco tiempo se convertiría en el sucesor en las cumbres de su compañero Ruiz.

Aquella hazaña, como tantas otras de nuestro deporte, pasó prácticamente desapercibida en unos tiempos en que la pilota estaba olvidada de los medios informativos.

De hecho el propio Ruiz comentaba años después de su retirada, a principios de los años noventa, que «ganar un campeonato en nuestra juventud no tenía apenas recompensa pública. Volvías a casa con tu trofeo y nadie te paraba a felicitarte? Si entonces la pilota hubiera tenido la prensa y la televisión actual, todo hubiera cambiado».

De la cantera del Tio Pena

Ruiz comenzó a jugar en las calles de su pueblo a Llargues pero muy pronto, con apenas dieciséis años, debutó en el desaparecido trinquet de Burjassot, de la mano de un experto aficionado, Pepe el Pintor. En sus inicios acompañó a sus paisanos Ferreret y Xato, para formar un trío: «el trío de Museros», imbatible a mediados de los años cincuenta.

El trinquet del Tio Pena de Massamagrell fue su escuela en la edad juvenil pero con 20 años debutó en el trinquet de Pelayo y desde entonces ya no tuvo rival en las dos siguientes décadas. Había sustituido a Mora de Moncada y daría el relevo a Gat I de Benaguasil a finales de los sesenta. Ruiz todavía se anunció con Paco Genovés, cuando ya jugaba operado y siempre con jersey de cuello alto.

Sus últimas partidas con la pelota de vaqueta fueron para ayudar al club de Galotxa de su pueblo a conquistar el título de segunda categoría del Trofeo El Corte Inglés.

Ruiz superó la enfermedad y murió con más de setenta años, en su pueblo natal, con el reconocimiento que su trayectoria deportiva merecía. Aquel día, en todos los trinquetes valencianos se guardó un minuto de silencio en homenaje a uno de los más grandes de la historia: Francisco Ruiz Forner, ´Ruiz de Museros´.