Carles Duran era ayer un hombre satisfecho por la victoria, pero, ni mucho menos contento. Su equipo no había estado bien, lo sabía, e incluso no tenía reparos en reconocerlo: «Agradecer a la gente que ha venido, no era un día fácil, la Fonteta ha estado muy bien. Hemos jugado bien el primer cuarto, intensos y agresivos, ellos a diez metros de canasta. Pero en el segundo ha cambiado todo», indicaba el entrenador para el cual su equipo entró en una dinámica «de ansiedad», que continuó tras el descanso: «En la segunda mitad, misma dinámica, parecían imparables, al final el hecho de que entrara ellos en bonus faltando cuatro minutos nos ha permitido ir al tiro libre y estar acertados», indicaba. Duran matizaba que el equipo «trabaja bien el día a día, pero solo hemos logrado trabajar bien diez minutos al inicio, luego, con el apoyo de nuestra gente hemos sacado un partido difícil».

En el plano individual, hablaba del «excelente» primer cuarto de Vives, pero lamentaba que no hubiera seguido, sobre todo en defensa. También destacaba el tramo final de un «líder en defensa» como Lishchuk. Lo peor, los 91 puntos en contra: «Que nos meta eso en casa es que tenemos un problema. Así vamos mal. Lo sé yo, el equipo y todo el mundo», aseveraba el técnico.