Hace tres meses la quinta posición alcanzable esta tarde se hubiera firmado. La semana pasada, pensábamos que la cuarta caería del lado de Valencia Basket y hoy sería un duelo de trámite. Estábamos equivocados. Es un resumen de la trayectoria en esta temporada de un equipo donde los vaivenes y la inestabilidad han marcado el camino.

Si el pasado año, cada partido era una apuesta segura por el «taronja» en la actual queda el interrogante, la duda de saber lo que nos podemos encontrar. Hoy nuevamente hay que esperar que no se falle. La visita a la cancha del ya descendido Fuenlabrada se debe saldar con victoria. Sin excusas.

No entra en escena solo ser quinto y evitar a Unicaja o Barcelona en la primera ronda del play-off sino también la autoestima y el hecho de tejer el futuro más inmediato. Carles Duran es sabedor de estar examinado con lupa y solo una reacción final haría reafirmar su posición como primer entrenador y no pensar en otro hombre que dirija el equipo la próxima temporada. El equipo debe ganar también por su afición. Ganar hoy devolvería de nuevo la fe y la esperanza. Estamos de nuevo ante el tópico de partido más importante de la temporada. Otro más y ya van unos cuantos. Quizás jugar una «final» de otra sea el antídoto para el éxito. Toca aplicarlo.