«No estoy descontento con lo que he conseguido. No creía estar tan bien a estas alturas de la carrera, intentaré poner las cosas difíciles para que no me batan en La Vuelta. Aquí me siento muy cómodo, me gusta el ambiente y el clima». Chris Froome puso ayer sus credenciales sobre la mesa en la cima de la Cumbre del Sol (nombre comercial) o del Puig de Llorença (nombre real), en plena Marina Alta, lugar de residencia de miles y miles de paisanos de la Gran Bretaña. Una cumbre que hizo las delicias de los aficionados con sus rampas imposibles, que Joaquim Rodríguez definió como «agónica».

Un contrarrelojista, el holandés Tom Dumoulin, hizo honor a su apodo de «La mariposa de Maastricht» al volar sobre los favoritos y conquistar la cumbre, donde sacó de punto a Esteban Chaves y recuperó con todos los honores la camiseta roja que ya se enfundó en la tercera etapa.

¿Qué hace un contrarrelojista atizando a los mejores escaladores del pelotón?. Dumoulin, de 24 años, ganó el bronce mundial en Ponferrada contra el crono, pero acumula fuerza bruta en sus 1.85 metros de altura.

Su victoria le resultó «increíble e inesperada», pero lo suyo no fue un sueño, fue toda una realidad, bien trabajada, ya que batió en duelo al sol y con todas las de le ley a Froome y Rodríguez. Cuesta arriba. Fue el primero en atacar en el tramo decisivo. Froome, que parecía sacado de punto en los primeros arreones, remontó a su ritmo, puso en marcha su particular «molinillo» y superó a todos. Pero la cumbre de Benitatxell era una trampa constante y cuando parecía que la victoria era claramente para el ganador del Tour, ésta se le hizo eterna. Y se produjo la contra-lógica: el corredor que se ha escapado y ha sido cazado, en lugar de venirse abajo, volvió a reaccionar y en un fuerte esprint, rebasó el británico y cruzó en primera posición. Solo «Purito» pudo seguirles. Sin producirse sangría alguna, Aru llegó a 14 segundos, y Quintana y el contusionado Valverde a 20. Esteban Chaves terminó su idilio con «la roja» por un minuto. La general quedó en un puñado de segundo.

Valverde está «tocado»

En 21 están todos los que tienen que estar. Y todos esperan el descanso reparador antes de la infernal etapa reina de Andorra, donde dicen que empieza la Vuelta de verdad. Un reposo que servirá para curar heridas, como las de Valverde, que llegó con la clavícula averiada tras sufrir una caída. « Siento como si tuviera un cuchillo clavado. Creí que me tendría que retirar, pero he aguantado», dijo el murciano, poco amigo de las excusas.

Hoy, teórica recuperación

La Comunitat Valenciana albergará hoy nuevamente al pelotón con una etapa entre Valencia y Castelló, con un recorrido no muy exigente, muy habitual para los cicloturistas locales, con subida al Oronet, subida de la ruta hacia Teruel, desvío a la Vall d´Uixó y, tras pasar por la capital de la Plana, extensión hasta Benicàssim, subida al Desierto de Las Palmas y regresó a Castelló. De ahí, el pelotón hará las maletas con destino a Andorra.