El director del Abierto de Valencia de tenis, Juan Carlos Ferrero, reconoció ayer las dificultades que han tenido para sacar adelante la nueva edición del torneo, y apuntó que con la escasa ayuda institucional que han recibido va a ser complicado seguir, pese a que su intención es mantener la competición.

El ex numero uno mundial comentó que aún no han recibido la ayuda acordada el pasado año con la Generalitat Valenciana, de más de un millón de euros, y que nos les han comunicado nada al respecto. «La Generalitat todavía está pendiente de lo del año pasado, no han cumplido lo que nosotros firmamos con ellos. No nos han dicho nada al respecto», indicó Ferrero, quien pese a todo, insistió que su intención es la de poder mantener el torneo en Valencia. «No queremos perder para nada esta semana. Estamos luchando con uñas y dientes para no perder el torneo», destacó.

«Tenemos claro que lo queremos hacer pero es una gran incógnita. No podemos seguir de esta manera, con una ayuda por parte del Gobierno mínima. Todos los torneos, como el Conde de Godó, cuentan con el máximo apoyo del Gobierno local o del ayuntamiento», apuntó.

«Nosotros con este tipo de ayudas no vamos a poder seguir, de aquí al año que viene pueden cambiar muchas cosas. Nuestra actitud es positiva pero las circunstancias son las que son y vamos a ver, ahora no puedo decir si vamos a seguir o no», agregó.

Además de estos problemas, el torneo se ha visto obligado este año, en el que ha pasado de categoría 500 a 250, a cambiar el escenario de su pista central, ya que el Ágora ha sido cerrado al público, por lo que han tenido que instalar una gran carpa con capacidad para 3.600 aficionados.

«Ha sido la edición más costosa de organizar porque cuando algo tan importante como la pista central cambia de escenario siempre es un torneo diferente. El no jugar ahora en el Ágora es un paso que nos costó asimilar al principio pero vamos a hacer una instalación cubierta que va a cumplir todos los requisitos para poder jugar», explicó.

A pesar de que el aforo de la pista central se va a ver reducida en unos 3.000 asientos, comentó que las pérdidas de taquillaje no son tan graves, ya que las 3.600 localidades con las que van a contar este año son las habituales en torneos de categoría 250.

Pese a ello, recalcó que su objetivo es volver al Ágora lo antes posible. «Yo creo que de aquí al año que viene se aclarará todo el lío que se ha montado. No nos han aclarado nada. De momento sigue cerrado a cal y canto, y no se sabe la fecha que se va a poder abrir».