­Soro III de Massamagrell y Puchol II de Vinalesa protagonizarán el próximo domingo en el Trinquet de Pelayo la final más esperada del año. La historia del Individual comenzó en el año 1986. Llegamos a la trigésima edición y serían muy pocas las finales seleccionadas en la memoria colectiva de los aficionados a este deporte.

La capacidad del disco duro del cerebro tiende a reservarse los mejores momentos y a arrinconar e incluso a eliminar los más intrascendentes. La primera en esa selección, por ser la primera, cuando Genovés recibió en Pelayo el trofeo ante los aplausos del inolvidable concejal de deportes de Valencia, Paco Gandía, que había disfrutado en su juventud con el Fusteret de la Llosa en el «Trinquet Levante» de El Grao.

La segunda, aquella en la que Sarasol destronó a Paco con el latiguillo de «perdona´m Paco»; la tercera, esa partida que nunca debe olvidarse en la que Genovés recuperó el cetro frente al joven aspirante Álvaro, en 1995; la cuarta, aquella en la que el «mitger» Grau conquistaba el título y la quinta, sería aquella en la que Álvaro remontó en Pelayo frente al joven Genovés II, con un 55-20 en contra.

Después ha habido duelos intensos, especialmente los de Álvaro contra Genovés II, cargados de pasión en el trinquet de Sagunt. En los últimos tiempos ha irrumpido Soro III que en las finales ha vencido con contundencia, con un juego siempre sobresaliente, arrollador, tanto desde el «dau» como en el resto, donde ha demostrado poderes poco comunes.

El próximo domingo, entre las viejas murallas del repintado Pelayo - ¿ustedes creen que alguien relacionado con este deporte llegó a dudar en serio sobre la continuidad del recinto?-; en ese trinquete donde han escrito sus mejores versos los poetas de la pilota, Soro III se va a encontrar con un joven rival que llega embalado, con las alforjas repletas de ilusión. ¿Lucha de generaciones? No lo parece. Ambos están en plenitud. ¿Lucha de estilos? Posiblemente porque cada pelotari entiende el juego de manera distinta; que en la variedad está el buen gusto. Así es que, intuyo que esta partida puede ser una de esas que quedan grabadas, debidamente guardadas en la carpeta de «grandes del Individual». Soro III disputa su sexta final consecutiva. Ha ganado las tres últimas, a Santi, un Álvaro en retirada y a Fageca€

Ahora juega contra un rival muy poderoso, considerado como el más serio aspirante a sustituirle. Por eso puede ser una partida que agrande la leyenda de Quico,el nieto del «Tio Pena», o que comience a forjar la del nieto de Valero, aquel hombre anónimo, íntegro, enamorado hasta la médula de este deporte y que el domingo, allá donde esté, se morderá los labios y las uñas viendo a su nieto pisar las losas de Pelayo en busca de la gloria.