A veces hay que hacer las maletas para luchar por aquello que más te importa. Lo saben bien los deportistas como Víctor Claver, acostumbrados como están a hacer las maletas buscando un país, un equipo, una afición donde agradar y donde poder demostrar sus cualidades. Asentado ya en Rusia, donde debutó la pasada temporada con el Khimki y donde ahora defiende los colores del Lokomotiv Kuban, atiende a Levante-EMV tras haber sido nombrado por la afición como el mejor jugador del mes de noviembre en la Liga VTP, una competición en la que compiten 18 equipos de ocho países de Europa del Este. Él, desde la humildad, agradece el reconocimiento: «Está bien que se reconozca a nivel del público pero no le doy demasiada importancia. Desde el equipo trabajan bastante los contenidos en la web y en las redes sociales. Es de los que más seguidores tiene de la Liga. Además, desde España también han votado gente y eso me ha ayudado».

El alero valenciano, formado en la cantera del Valencia Basket donde también destacó en la primera plantilla, empezó su etapa de trotamundos en 2012 cuando cruzó el charco para enrolarse en las filas de la NBA con la franquicia Portland Trail Blazers. Era la primera vez que un jugador valenciano jugaba en la mejor Liga del basket mundial. Ahora, tres años después, el alero de Maristas sigue lejos de nuestras fronteras, pero ahora en Rusia: «Tomé la decisión de venir aquí a jugar porque ya conocía la Liga y con la ambición de hacerlo bien en Euroliga. Hasta el momento están yendo bien las cosas, estoy contento a nivel personal y también con el equipo y con los resultados que estamos teniendo».

Claver, que se proclamó campeón de Europa este verano con la selección española en la que, por fin, parece que empieza a tener un papel relevante, se encuentra cada vez mejor entre el frío ruso: «Esta temporada la he empezado con la ventaja de saber mejor a lo que venía y eso me ha ayudado al principio. Pese a haber bastantes caras nuevas, incluido el entrenador, hay buen ambiente en el equipo y ganas de hacer un buen año. Krasnodar no es una ciudad grande como Moscú, donde esta Khimki, pero hay afición por el baloncesto y se nota por el apoyo que recibimos de la gente»

Este reconocimiento, aunque testimonial, sí le sirve para coger más moral y para reivindicarse en un club en el que ya se ha clasificado para la segunda fase de la Euroliga. Precisamente, el hecho de poder jugar esta competición fue determinante en su decisión, pues este verano incluso tuvo opciones de regresar al Valencia BC.

Ahora, desde la distancia, ve con cariño a su ex equipo: «Tienen todas las posiciones muy bien cubiertas y eso les permite jugar con una intensidad muy alta. Si consiguen hacerlo durante toda la temporada, seguro que pelearán por ganar algún título.