Una de las cosas que quedó patente ayer es que Valencia sí tiene ese circuito urbano que tanto se intentó vender desde otro tipo de carreras, pero que, al contrario que en aquellos fastos, no necesitaba de grandes inversiones, sino de ilusión, de ganas de trabajar y del apoyo de las instituciones y la implicación de la gente. Los aficionados y aficionadas al ciclismo pudieron disfrutar a lo largo de toda la mañana de una jornada memorable de ciclismo, emulando a otros tiempos y dejando patente que había muchas ganas de que La Volta volviera y de que el centro de la ciudad cambiara los coches por las bicicletas en un día de fiesta deportiva.

Todo empezaba de buena mañana, los equipos ya habían montado sus caravanas, los corredores empezaban a calentar y los valencianos más madrugadores aprovechaban para tomar fotos intentando encontrarse a los Purito, Samuel Sánchez, Aru...

La protocolaria firma de corredores servía para que los asistentes fueran comprobando poco a poco, con la tranquilidad con la que se saborean los mejores manjares, el renombre de los asistentes. Unos se tomaban fotos con Dayer Quintana, hermano de Nairo, y le preguntaban si los iban a ver por fin a los dos juntos en el Tour de Francia. Otros, buscaban al líder, Poels, que ha dado un auténtico recital y se ha ganado el favor del público. Luego, el corte de la cinta, las primeras vueltas y hacia los alrededores para regresar a la ciudad a falta de quince kilómetros para el final. Entre el público que esperaba, impaciente, a que los ciclistas volvieran se encontraba la concejal de Deportes, Maite Girau: «Cuando tuvimos el proyecto de poder recuperar esta Vuelta tan emblemática no lo dudamos. Ha sido todo un éxito también de participación de vecinos y vecinas y esperamos continuar». Un augurio que es correspondido por todos los que han tenido algo que ver en este proyecto, y también por los aficionados que esperaban que el ciclismo, tan tocado por otro tipo de cuestiones, volviera a sonar por estas tierras, para que el ronroneo de las bicicletas al pasar se convierta en una banda sonora habitual».