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Entrevista

Joel González: "Soy campeón porque mi padre ahorró para montar un gimnasio"

El oro olímpico de taekwondo en Londres recuerda que nadie le obligó a competir

Joel González: "Soy campeón porque mi padre ahorró para montar un gimnasio"

Joel González (Figueres, 1989) acaparó ayer la atención de los curiosos en la Plaza de la Virgen. Su cara se hizo conocida en los Juegos de Londres, con aquel oro que hoy guarda su madre en casa como una reliquia. Como ocurre en cada Olimpiada, los españoles se agolparon ante la tele para ver en acción a un deportista desconocido de una especialidad ignorada el resto del tiempo. Ocurre cada vez que hay una medalla olímpica en juego. Ahora vuelve a Río en busca de otro oro y ayer contó en Valencia, gracias a Seguros Caser (patrocinador de 6 deportistas olímpicos), que el taekwondo es, por encima de todo, «una filosofía de vida».

No me diga que usted empezó jugando al fútbol, como todos...

Pues sí (se ríe). Lo que pasa es que mi padre era un enamorado de las artes marciales. Empezó con 20 años, se especializó y se hizo Maestro. Era mecánico de coches y en 2001, con sus ahorros, decidió montar un gimnasio. Y ahí empezó todo.

Siga, siga...

Empecé a darle al taewkondo y me cautivó. He de decir que mi padre nunca me obligó a competir. Al contrario, él quería que disfrutara y nada más. Pero llegó el día en el que le pedí que quería competir y me dijo: ´perfecto, aquí me tienes para lo que quieras´. Y resulta que se me dio bien. Es lo que deberían hacer todos los padres. Primero, disfrutar; después, competir. Quién piense lo contrario, que se obligue a él y no a sus hijos.

Defíname el «taekwondo» como concepto vital...

No es sólo un deporte, es una filosofía de vida, una forma de entenderlo todo sobre unos valores res que te hacen pensar que el respeto y el sacrificio son fundamentales. Mira, si yo no hubiese hecho taekwondo seguramente no hubiese estudiado (Ciencias de la Empresa). Se puede con todo.

9 de agosto de 2012. Combate por el oro olímpico. Media España delante de la tele. ¿Qué se le pasó por la cabeza?

Hablé con mi entrenador y los dos nos dijimos: ´ya tengo la plata, ahora a disfrutar´. Sabía que tenía muchas posibilidades de ser campeón y me dio fuerza reflexionar que la gente iba a saber que yo iba a entrar en casa de todos los españoles y dar a conocer que había sido dos veces campeón del mundo. Y que la gente me iba a apoyar a muerte. Fue un subidón de adrenalina impresionante.

Usted es catalán y representa a España en las Olimpiadas. ¿Ve polémica por algún lado?

La polémica es para quién la quiera. Estoy muy orgulloso de ser catalán, ¡soy embajador de la Costa Brava!, pero también estoy muy contento de ser español. Cada uno puede ser lo que quiera, pero siempre con respeto. Es mi filosofía de vida (sonríe).

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