¿Cómo se encuentra?
Muy bien, muy feliz. Venir hasta Valencia es como venir a casa y la verdad que es una sensación muy bonita. Me ha alegrado mucho que me hayan invitado a estar aquí en este aniversario del club.
¿Desde 2012 que no visitaba Valencia?
Fue mi última temporada en activo con el Obradoiro. Por circunstancias jugué allí unos meses y me alegro de volver de nuevo.
¿Aún sigue vinculado al baloncesto?
Acabo de sacarme el carnet de entrenador y hace algo menos de un mes que he empezado a ejercer como preparador universitario.
¿Grandes recuerdos de Valencia?
Muchos. Esta ciudad es encantadora. He tenido la oportunidad de ver el pabellón, que está precioso, y no se parece mucho al que yo dejé. También las oficinas, empleados, amigos,...Para mí el Valencia Basket, como organización, es uno de los mejores clubes de Europa en estos momentos. Juan Roig quiere un club de primer nivel y lo está consiguiendo.
¿Qué imagen guarda de su paso por el Valencia Basket?
Sin duda la de los aficionados festejando la ULEB Cup. Fue muy bonito jugar aquella final y ganarla. Recuerdo las celebraciones y el ambiente del pabellón con nuestra gente. Son cosas que ya no se olvidan. Fue un título muy especial para la ciudad.
¿Sabe que siempre ha sido uno de los favoritos de la afición?
Me consta. Es algo muy bonito. Siempre he tratado de jugar al 100%, de darlo todo en la pista. En los cinco años que estuve aquí siempre me sentí muy respaldado.
¿Qué destacaba en aquel equipo que consiguió el primer título europeo y fue subcampeón de liga?
Éramos una gran familia. Había dos jugadores valencianos como Nacho Rodilla y Víctor Luengo que eran un poco los líderes y luego el resto aportábamos valor al juego de equipo y del colectivo. Ahí se gestó la clave para ganar.
¿Cómo ve al equipo actual?
Es un buen bloque y con un entrenador de nivel como es Pedro Martínez. No les he visto demasiado pero tienen talento y, si funcionan como bloque, estoy seguro de que van a conseguir grandes cosas.
