­Quienes conocen bien a Luis Carlos Almeida da Cunha (Lisboa, 17 /11/1986), más conocido como Nani, hablan de que es el jugador más humilde de todos los portugueses que han pasado por Mestalla. Pese a ser campeón de Europa, Nani continúa siendo un tipo sencillo que a sus 30 años sigue dando saltos mortales en la élite del fútbol europeo.

En una entrevista a la revista futbolística Panenka, Nani desnuda su infancia y muestra su imagen menos conocida: La de un chaval del barrio de Amadora que dormía con un balón y que tocaba el piano para relajarse.

«Me da un poco de vergüenza reconocerlo, pero cuando era niño me metía en la cama con el dedo de una mano en la boca mientras con la otra agarraba un balón. Daba igual si la pelota estaba sucia. La utilizaba como si fuera un peluche», revela.

«Yo soñaba con ser una estrella y aparecer en la televisión. En Amadora había muchas dificultades, pero también mucha alegría por las calles. Bastaba tener un balón para que el campo apareciera por arte de magia. Con piedras, con mochilas, con palos... Daba igual. Lo creábamos. Jugábamos todos los días. Me quedan muchos amigos alí, aunque otros hicieron su vida. Sigue habiendo personas que conservo como amigos de aquel barrio».

Nani confiesa que su ídolo de la infancia fue Luis Figo. «Mi primer referente fue el Barça», apunta, y con el paso de los años fijó sus ojos en Deco y Ronaldinho. Su ilusión siempre fue jugar en un equipo grande, y fue Queiroz quien se interesó por su fichaje para el United que ya contaba con Cristiano Ronald en sus filas.

En Manchester, Nani sigue conservando una casa, con su piano incluido, al igual que en Lisboa. «El piano es una afición que empecé para aprender canciones sencillas, pero que luego me ha servido para desconectar y relajarme», cuenta el futbolista.

Sin embargo, y pese al piano, la capoeira le apasiona. «La capoeira fue una cosa muy importante, no sólo porque hice muchos amigos, también por lo que aprendí. La agilidad y elasticidad de mi cuerpo vienen de ahí. Aunque luego también me fue bien para relacionarme, para no perder el hábito del deporte y como experiencia de vida en general. Yo nací en Lisboa. Pero me considero tan portugués como africano. Toda mi familia es de Cabo Verde y mi sangre es de allí. De hecho, hablo criollo con mis padres y amigos, he ido varias veces allí y siempre tendrá un lugar en mi corazón».

«No tenía botas y siempre se las robaba a un compañero»

Nani cuenta en la entrevista a la revista «Panenka» que estuvo muy cerca de «desviarse», dice, del camino correcto. Cuando habla de ello recuerda que Paulo Bento, el ex jugador del Oviedo y entrenador suyo en el Sporting, fue decisivo en su carrera.

«Fue más que un técnico para mí. Además de enseñarme mucho, también me puso en el camino correcto. Era muy estricto y supo encauzarme cuando yo empecé a desviarme un poco. Bueno, las típicas cosas de niños.... Digamos que, como no tenía botas, se las pedía prestadas a un compañero y siempre se me olvidaba devolverlas. Era la guerra de cada día. Yo se las robaba hasta que Paulo Bento me puso las cosas claras».