Si Robert Sarver madrugó ayer para ver a su Mallorca „en Phoenix (Arizona) eran las cinco de la mañana„ pudo tomar notas de un proyecto para ascender a Primera: el del Levante UD. Los de Orriols no deslumbran con un juego estético, no enamoran, pero compiten y, algo aún más importante, ganan. Y no por azar o casualidad, sino por constancia y convencimiento.

A los doce minutos, el gol del Ansotegui, un gigante en el área que se adelantó a la defensa azulgrana en el saque de una falta lejana, resucitó las sensaciones de las últimas jornadas. A los granotas le cuesta arrancar. Les pasó ante el Valladolid, en Almería y les pasó ayer. No había transcurrido ni un cuarto de hora y el Mallorca, correcto pero limitado, cobraba ventaja.

Respondieron los levantinistas ensanchando el campo y empujando al rival hacia su portería. Como viene siendo habitual, los chispazos de Morales iluminaban a fogonazos el partido. También las jugadas a balón parado. En un córner ensayado llegó el empate. Chema se movió como un experimentado delantero: amagó hacia delante, esperó, dio un paso atrás, marcó los tiempos y remachó con un testarazo picado. El golpe estaba devuelto.

A partir de ahí el encuentro entró en una fase de indefinición. El Levante UD dominaba, aunque sin crear peligro y Roger era un náufrago en la zaga isleña. El novedoso tridente que Muñiz implantó en el centro del campo, con Insa y Campaña por delante de Verza, no encontraba el ritmo adecuado. El balón circulaba demasiado lento y cerca de la frontal los pases eran imprecisos. Por su parte, los de Fernando Vázquez parecían cómodos en el papel de víctima, esperando un contragolpe. Ambos firmaron las tablas hasta el descanso.

El regreso de los vestuarios careció del ímpetu de otras veces. Lerma entró por un desacertado Verza y Rafael dio descanso a Campaña

„muy gris el sevillano„ para jugar con un 4-4-2 muy evidente. El entrenador asturiano arriesgó y juntó a los dos delanteros.

El duelo estaba atascado hasta que a falta de media hora Jefferson Lerma conectó con la derecha un potente disparo desde fuera del área. Un obús que Cabrera ni siquiera vio entrar en su portería. El gol calmó los ánimos pero no cambió el encuentro, demasiado abierto para un Levante UD que perdió a Chema por lesión. El juego se equilibró, el Mallorca merodeó el gol y el Ciutat volvió a sufrir hasta la ultima jugada. No obstante, el Levante UD resistió y ganó. Nadie lo celebró en Phoenix.