Líder en su equipo y cada vez con más peso en la selección española, la valenciana Lola Riera afronta esta temporada con ilusiones renovadas después de haber sido campeona con el SPV-Complutense y de conseguir un diploma olímpico. Pese a ello, es consciente de que su deporte, al menos en España, y sobre todo en la categoría femenina, no da para vivir, y por eso se esfuerza también en sus estudios de Medicina para labrarse un futuro.
Ella pertenece a ese numeroso grupo de «campeonas invisibles» que, además, deben compaginar los entrenamientos y los partidos cada fin de semana con su profesión o sus estudios. Ahora, dos meses después de los Juegos, reconoce que en su deporte el tirón fue más bien escaso, y pone el foco de atención para impulsar el hockey en las categorías de base. «Las edades tempranas „incide„ son fundamentales también para educar en igualdad de género y que niños y niñas crezcan viendo la igualdad como algo natural», sentencia. A pesar de ello, lamenta que la brecha entre deportes masculinos y femeninos aún es muy grande: «Todavía falta mucho para lograr la igualdad en el deporte. Hay iniciativas, y gente comprometida en cambiar las cosas, pero todavía falta», asegura. Ella afirma que, «al menos los los medios públicos deberían «hacer un esfuerzo por ofrecer más igualdad en sus retransmisiones. En los Juegos se ve que el deporte femenino sí vende y logra éxitos y quizás si luego se dieran durante el resto de tres años y medio la gente lo consumiría».
Iniciativas como la celebración del torneo sub 21 masculino y femenino en Beteró, así como la apuesta por instalaciones de calidad como la recién estrenada American School of Valencia que el propio seleccionador femenino, Adrian Lock, visitó esta semana y valoró muy positivamente, son claves. Riera valora que «se va notando la mejora. En Madrid llevan ya años trabajando en esta línea, pero es una inversión de futuro. Ahora mismo, Valencia es un ejemplo a seguir en inversión en deporte, pues existen también ayudas como las del proyecto FER, del cual participo», reconoce una Lola que también está becada por el plan ADO.
Ella sigue estudiando cuarto de Medicina porque sabe que cuando deje las pistas tendrá que buscar otros caminos: «Somos conscientes de que en el momento que lo dejemos no vamos a poder vivir de las rentas. Así que estudiamos para labrarnos un futuro», indica.
Echando la vista a este 2016, Lola recuerda hitos como la Liga conseguida o los Juegos Olímpicos, aunque lamenta que en estos últimos no tuvieron la repercusión deseada: «Como nos clasificamos tarde no se habló de ello hasta que faltaba poco tiempo. En nuestro caso el «boom» informativo fue casi nulo. Luego no conseguimos medalla y la repercusión fue ninguna. No fuimos un deporte que sorprendiera porque, además, aquí solo se valora el metal, no el diploma, aunque creo que con la inversión que se hace en deporte, bastante éxito es eso ya...».
Lola confía en continuar la buena marcha de su equipo, con el que son líderes. Indica que han trabajado mucho el físico, entrenan más días y buscan así profesionalizar, aunque solo sea con trabajo y esfuerzo, un deporte que aún es amateur. Mientras que con la selección el reto es el Europeo y la clasificación mundialista.
