­Tuvieron que soportar la incomprensión de su entorno. Fueron consideradas personas con trastornos de personalidad. Les llovieron las críticas más feroces y, en algunos casos, se entrenaron a escondidas. Aguantaron los improperios de todos aquellos que pensaban que la mujer debía atender las necesidades del marido y de la familia. El hecho de que una mujer saliera a correr estaba mal visto. Las niñas bien podían correr y saltar en los colegios, pero que una mujer hecha y derecha corriera 42 kilómetros, era un atentado al sentido común, decían incluso mujeres con estudios superiores. Marisa Martínez, la primera valenciana que bajó de las tres horas en maratón, en 1981, recuerda ahora con tristeza la sarta de insultos que recibió cuando bajaba a correr por el cauce del río Turia o lo hacía por la Alameda de Valencia.

Hoy, 36 años después, las cosas han cambiado. Quizá no tanto como sería deseable, pero la mujer, a pesar de todo, se está incorporando a la práctica deportiva, y en especial a la carrera a pie. En aquella primera edición de 1981 hubo solo siete mujeres (frente a las 2.700 de la carrera del domingo). Ninguna de aquellas siete heroínas venía de la capital de Valencia.Había, en cambio, presencia de los pueblos de Algemesí, Bicorp, Ontinyent, Alaquàs y Bonrepòs. De las siete, dos ya venían del mundo del atletismo. De las cinco mayores de edad, cuatro trabajaban y una estudiaba. Ninguna de ellas se quejó de sus compañeros. Ninguna guarda malos recuerdos de aquellos años y mucho menos de aquella maratón popular de Valencia de 1981 que supuso tanto para ellas.

Nuria de Miguel: «Nunca pude imaginar que el maratón pudiera alcanzar tanta importancia»

Las siete mujeres que figuran en el listado de la Sociedad Deportiva Correcaminos, entidad que organizó la prueba, aportan datos muy curiosos. Por ejemplo, la ganadora vino de Madrid a correr a Valencia, y volvió a hacerlo en 1982 y 1985 (volvió a ganar). Se llama Nuria de Miguel y destacó también en las pruebas en pista con récord de España incluido en la prueba de la hora. Nuria, en 1981, hizo 3:20:50 y ocupó el puesto 114, por delante de más de 500. En 1985 se adjudicó el triunfo con un tiempo de 3:03:49.

«Nunca pensé que correr el maratón pudiera alcanzar la importancia de la que goza hoy», reflexiona. «Las mujeres lo tuvimos más difícil, pero yo recibí siempre el apoyo de mis amigos y de los corredores. Ahora todo es distinto. Y existe más posibilidades para saber lo que debes hacer. En aquellos años lo suplíamos todo con el entusiasmo. En Correcaminos siempre me trataron muy bien. Yo procuré prepararme lo mejor que pude».

María Biosca: «Quería ser profesora de educación física»

María Rosa Biosca tenían 22 años en 1981 y estudiaba Magisterio. Nacida en Algemesí, tuvo la osadía de salir a correr por las calles de su pueblo donde, en los años 40, habían brillado una de las mejores generaciones de maratonianos que ha dado el atletismo español, con tres campeones de España: Sebastià, Sánchez y Blay. En su primer maratón, Rosa marcó 3:51:04 y ocupó el puesto 238. Un año más tarde, rebajó su marca en más de 25 minutos. Luego se dedicó a la enseñanza como profesora de Educación Física. En los años que la conocimos y que la ayudamos en su preparación nos comentaba: «Quiero ser profesora de Educación Física y ayudar a los niños en su desarrollo personal». Lo logró. En la actualidad, trabaja en el campo de la educación física en un colegio de la Castilla La Mancha.

Emilia Molla: «Entrenaba después de trabajar en una fábrica textil»

Emilia Molla Belenguer fue la tercera clasificada. Tenía 20 años cuando corrió su primer maratón. Nació en 1960 en Bicorp, un pueblo donde las montañas conforman el paisaje. Sus entrenamientos fueron épicos. Salía a correr cuando terminaba de trabajar en una fábrica textil. «Todo lo aprendí en los libros que me compré. Desde pequeña, estaba acostumbrada a la vida dura y llena de sacrificios. Hice la famosa carga de hidratos. En mis entrenes combiné los kilómetros por asfalto y por tierra. Hice un largo antes de correr la maratón. Hoy soy feliz al recordar aquellos años», cuenta. Su silueta por los caminos de la sierra, su empeño en demostrar que el hecho de vivir aislada no mermó su ilusión. Su marca fue de 4:13:38. Ocupó el puesto 347. En el presente vive en Xàtiva y se ha convertido en una experta escaladora. Suele asistir como espectadora a la media maratón de Xàtiva que se celebra en febrero.

Mercedes Edo: «Correr me permitió conocer a muchas personas»

La cuarta en la clasificación general fue una atleta de Castellón, Mercedes Edo Albalate. Procedía del atletismo en pista y, en compañía de su marido, solía estar presente en los campeonatos de España al aire libre, así como en pruebas de media maratón.

En categoría de veteranas, fue muchos años una atleta excelente. Campeona de España de 20K en 1988 en Alcàsser, siguió corriendo hasta principios del siglo XXI. Su marca en 1981 fue 4:14:46, primera veterana. Una mujer siempre sonriente. Una de sus citas anuales fue el cross internacional de Castellón. En más de una ocasión comentaba: «Correr me ha permitido conocer a muchas personas, viajar, aprender, hablar de carreras. Creo que todo ello puede ayudarme como persona. He corrido en decenas de pueblos que antes no conocía y que, gracias a este deporte, he tenido ocasión de pasear por sus calles. Las mujeres siempre hemos tenido más dificultades a la hora de entrenar que los hombres». Mercedes siguió corriendo y raro es la carrera que, en su historial, no tenga su nombre en el podio de la categoría de veteranas.

Concepción Enguix Belda: «La competición no tiene sentido, hay que correr por placer»

La quinta clasificada fue Concepción Enguix Belda (Ontinyent, 1955). Tomó parte en las carreras de la Vall d´Albaida y, en especial, en el cross de Ontinyent. Hoy vive en Muro con su familia, tiene dos hijas y recuerda aquellos años en los que en su pueblo natal comenzaba a nacer una gran afición que quedó reflejada en el Club de Atletisme de La Vall d´Albaida.

Club que años más tarde dio la egregia figura de Mónica Pont, 2:27:53 en maratón. Concepción hizo un tiempo de 4:45:50 y ocupó el puesto 494. Hace poco nos comentaba: «La competición no tiene sentido, hay que correr por placer y para estar en forma. Tenemos que dejar paso a la juventud. Cada tiempo es distinto y ahora hay mucha más información».

Dos menores de edad: Caty Mateu y Miriam González

La sexta y la séptima clasificadas fueron dos menores de edad. En aquella edición, los menores de edad pudieron participar, algo que unos años después se corrigió. Fueron varios los niños y niñas que tomaron la salida. La mayoría se retiró al cabo de unos kilómetros. Entre los participantes de aquella carrera se cuenta que algunos de estos menores fueron seguidos por sus padres en coche e incluso por algún taxi. En el listado de llegada oficial figuran dos menores. Caty Mateo hizo 4:52:20, en ese momento vecina de Alaquàs, y Miriam González 5:17:37, en ese año domiciliada en Bonrepòs.