­­Pequeña, potente, goleadora... Es usted un incordio para las defensas. ¿Le dan mucha leña?

Sí, a veces es complicado, porque la mayoría son más altas. Intento cubrir la posición y el balón mucho con mi cuerpo y, claro, me tienen que dar fuerte.

¿Cómo empezó a jugar al fútbol?

A los 5 años, con mi padre, que era entrenador. Nos trató igual a mi hermano (futbolista profesional en México) y a mí, sin distinción. Nos entrenaba él y a los 9 años empecé a jugar en equipos de chicos.

¿Algún referente? ¿Chicharito?

Luis Suárez, porque es un jugador luchador, fuerte, goleador, que sabe dónde tiene que estar. Y también Chicharito, claro, porque es mexicano y por su entrega y velocidad. Pero yo aprendí de Maradona. Mi padre me ponía vídeos cuando era niña. Era el mejor con el tren inferior. ¡El mejor!

¿Cuál es su mayor cualidad?

El arranque en corto, porque soy potente, y la improvisación.

¿Deberíamos asumir que el fútbol masculino y femeninos son diferentes y dejar de compararlos?

Tenemos que partir de que es diferente por una cuestión de naturaleza. Físicamente no se debe esperar lo mismo, pero en técnica, las mujeres podemos competir con los hombres. Y, por supuesto, hacemos los mismos sacrificios.

Y del machismo en el fútbol, ¿qué tiene que decir?

La verdad es que en España me he sorprendido. En ese aspecto estoy muy contenta, porque nunca he escuchado insultos machistas desde la grada. Sinceramente, en mi país escuchaba más de chiquilla, incluso de mis profesoras de escuela. De mujeres, que es lo más triste. Nunca me ha importado.

Con Estados Unidos a un paso, ¿no hay influencia del excelente estado de salud de su fútbol femenino?

Claro, pero en el sentido de que muchas jugadoras van a las ligas de USA a jugar. En México hay mucho talento y muchas salen a jugar las ligas universitarias de EEUU, como yo hice. Ese es el proceso natural ahora mismo.

¿Ha notado mucho el cambio cultural?

Se notan, pero yo ya he viajado. Después de EEUU, donde me gradué en administración deportiva, jugué en la liga profesional de Finlandia 4 meses. Después, me enfoqué en preparar el Mundial de Canadá, antes de venir al Levante. Aquí lo que he notado es el calor de la gente, como en México. Hay mucha alegría en la calle y la gente se acuesta más tarde. Se nota la cultura latina.

¿Cómo se siente en el Levante UD?

El Levante UD me ha dado la oportunidad de ser quien soy, de expresarme, de ser natural. Esto lo valoro mucho. Aquí soy feliz, me siento plena en la vida y en el deporte.

En España, ¿puede vivir de su sueldo de futbolista?

Se puede sobrevivir, pero no para vivir en un futuro. Aquí lo que más vale es la experiencia. Tengo buen sueldo, pero lo esencial para vivir cómoda aquí. En un futuro me quiero dedicar a entrenar a niñas en México, crear escuelas para formar futbolistas. Para eso estudié y luego puedo aportar mi experiencia como futbolista.