Cesare Prandelli siente sobre sus espaldas el peso de todo el valencianismo, de la entera institución en todas sus siglas. La suerte del club se concentra casi de forma exclusiva en la capacidad que el técnico italiano tenga para revertir la caída libre deportiva del Valencia. El preparador entiende que la depresión no es solo de los jugadores, la ha detectado también en la calle, en el clima tenso de las tardes de partido de Mestalla. Así que, con motivo del partido de esta noche ante el Leganés, una esperanza renovada, «una puerta que puede abrirse a Europa», Prandelli agarró de la pechera a todo el entorno del club para sentenciar la única salida posible de este atolladero: «La respuesta es: todos juntos podemos salir de esta situación».

«El entrenador está claro que también debe entrenar a sus jugadores desde un punto de vista psicológico. Les estamos haciendo ver las imágenes del último encuentro, de Sevilla. Hicimos un gran partido. Y claro, siendo el entrenador también debo trabajar desde el punto de vista psicológico también con los aficionados. Todo es una corriente deprimida, no solo por parte de los jugadores», resumía el técnico.

La vista de Prandelli se dirige al largo plazo, sin inquietarse por los números de su arranque, en la línea de mediocridad de sus predecesores: «No me preocupa para nada. Porque si vemos los partidos jugados, la mayor parte han sido a domicilio. He llegado en una situación distinta, muy complicada. Mi primera palabra en sala de prensa ha sido 'desafío'. Es un desafío para todos, no solo para mí. Y por lo tanto es un desafío que quiero vencer. Quiero ganar, pero es necesario calma, paciencia, humildad. Tenemos que estar todos juntos. Todos. Para esto es más importante que todos los resultados».

Las ganas de mejorar, o la reivindicación de una mejor fortuna en partidos como el de Sevilla, no va reñida con la exigencia interna. El técnico dejó claro a qué se refería cuando afirmó que a algunos jóvenes jugadores les faltaba humildad: «La humildad para mí es que cada vez que salto al campo debo correr por un compañero. Para mí, esto es la humildad, que se puede transformar en algo importante para el equipo. Nuestros aficionados quieren esto. Debemos estar implicados con nuestra camiseta, con nuestro equipo, con gran respeto. La humildad es correr por los compañeros». Prandelli cree que la plantilla ha captado esa reclamación de mayor implicación: «He tenido respuestas extraordinarias por parte de todos. Tenemos que continuar trabajando sobre esa base. Aunque de vez en cuando recordaré esta palabra, porque es una palabra que lo contiene todo, pero las respuestas han sido muy buenas», resaltaba.

Con independencia de la competición, cada partido se ha convertido para el Valencia en una posibilidad de redención. En el caso de la Copa, se abre una posibilidad más seductora todavía, como engancharse a un torneo que permite salvar toda una temporada: «La Copa es muy importante para los aficionados, para el club, para nosotros, para todos. Porque tenemos la necesidad de mejorar siempre, un partido tras otro. La Copa del Rey es algo extraordinario para todos, porque recuerda periodos maravillosos de la historia de este club, porque nos recuerda a todos que es una puerta para entrar en Europa. Por lo tanto, hay muchas cosas que nos recuerdan que son partidos importantes».