«Se puede triunfar volando como un águila o reptando como una serpiente». Salvador González, Voro, de 53 años, recuerda una cita de Alfredo Di Stéfano, su entrenador en los años del descenso y el ascenso del VCF (1986-88), para explicar que un entrenador es la esencia de todos los entrenadores de su carrera como jugador. Voro es una persona curiosa, humilde y que está descubriendo su potencial como técnico. Ayer martes ya había analizado a Las Palmas («te plantea retos en todas las partes del campo»), rival el próximo lunes en el estadio de Gran Canaria, y se pasaría horas hablando de fútbol: él, que siempre jugó en una defensa de tres centrales, dice preferir ahora una zaga de cuatro. Es más estética.

¿Qué diferencia hay entre ser entrenador puente y ser entrenador definitivo?

No cambia demasiado. Es un pequeño proceso de cambio de una persona que tenía una relación con los jugadores y ahora tiene otra. No se puede gestionar un grupo desde la amistad: a veces me he ido a comer con un jugador o con la familia y ahora soy entrenador y cambia todo porque tengo que ver lo mejor para el equipo, no para ese jugador.

Prandelli gestionaba desde el «fuori» y usted desde la recuperación del futbolista.

Lo del «fuori» fue el último partido contra la Real Sociedad y no debemos focalizar todo en esa rueda de prensa. Para mí es innegociable mi forma de ser en la vida y en el fútbol, y no puedo cambiar de chaqueta ante unos jugadores que me han visto cómo soy.

¿Dudó de hacerse cargo del equipo en esta segunda etapa?

En ningún momento. Cuando, a mediodía, me llama Suso y me dice que ha dimitido Prandelli y que debo hacerme cargo del equipo, enseguida digo: ´Adelante´. Y Suso me comentó que no había plazo. Por supuesto que me cambia todo y comienzo a ordenar en la cabeza qué podemos hacer para mejorar la situación.

Pero el día que pierde ante el Celta en la Copa (1-4), ¿no piensa: ´¡dónde me he metido!´?

No puedo decir, ´no´, porque hayamos perdido 1-4. No entra en mi cabeza. Ese día tuvimos unas circunstancias adversas brutales: se pusieron 0-3 en media hora sin haber hecho nada.

¿Y por qué estaba tan convencido de que iba a sacarlo adelante desde el primer momento?

La plantilla tiene nivel superior a la posición en que estábamos, no sé decirte cuál. Ahora bien, estábamos en una situación límite en la que entran otros factores como el psicológico. Y había que revertir rápido la situación.

Y, tras empatar en Pamplona, el Valencia juega muy bien frente al Espanyol. ¿Le sorprendió?

Era la confirmación colectiva de enfrentarnos a un rival muy trabajado defensivamente y sobre el que tuvimos un control. El equipo necesita una mayor organización colectiva. Y dentro de esa organización ya entra la implicación del futbolista, sabiendo lo que tiene que hacer, dónde tiene que presionar. Y cada partido te plantea unas dificultades: el Espanyol es una y el Villarreal otra muy distinta . No hemos hecho nada todavía. Hemos ganado dos partidos, pero estamos igual.

Respecto a la anterior etapa, cuando ganó al Alavés y al Leganés, esta vez se ha jugado mucho mejor. ¿Por qué?

La otra fase veníamos de jugar de una manera diferente con Pako Ayestarán y de una situación anímica tras su destitución. No podíamos dar al rival algo que no se gana. Minimizamos errores y simplicamos la ecuación. El equipo tenía que ser práctico. Ahora, hemos juntado las líneas para defender. Estar juntos es la palabra mágica, por ahí hemos mejorado. Y, a partir de ahí,mejoran todos los futbolistas dentro de una organización.

¿Carlos Soler le ha dado dinamismo al equipo?

La decisión de que juegue él no es de cara a la galería. Aporta dinamismo, trabajo y criterio con el balón. Juega porque se lo merece.

¿Le preocupa que los elogios puedan perjudicarle?

Todos hemos pasado por ese proceso. Lo que tiene hacer es mantenerse y, a partir de ahí, ir creciendo. Es un chaval que es muy responsable, piensa las cosas y sabrá asimilarlo.

¿Ha recuperado anímicamente a Enzo Pérez y a Parejo (señalados por el anterior entrenador, Prandelli)?

Todo el mundo se potencia por los resultados, pero los resultados vienen por algo. Cuando los futbolistas ven que se busca una idea y ganas el partido, potencia la autoestima y la confianza.

¿Ha pedido al club que no los venda en este mercado?

Cuento con ellos porque están dando mucho rendimiento, porque sé los futbolistas que son y porque no hay ofertas por ellos. Son dificilísimos de reemplazar.

¿El centro del campo es la línea que más ha mejorado?

No, hemos mejorado todo, en su conjunto. El punta debe saber dónde situarse para empezar a defender, los de las bandas deben juntarse con los laterales para defender, la contundencia de todo el equipo... es la fuerza del grupo, que el grupo tire para potenciar las cualidades individuales.

¿Se encontró a muchos jugadores hundidos psicológicamente?

Sí, en general sí. El futbolista necesita...

¿Cariño?

No necesita cariño. Si el primer partido de Liga lo pierdes, no pasa nada, pero cuando llevas muchos partidos y muchos meses con mucha inestabilidad, está lloviendo sobre mojado. Y llega un momento en que te ves en zona de descenso, y el futbolista no es ajeno, son personas que leen y saben de la responsabilidad.

Prandelli pidió que vinieran cuatro jugadores en el mercado de invierno, ¿cuántos necesitaría usted?

Estoy a gusto con la gente que tengo. Cerramos a un delantero (Zaza) porque ahí sí hacía falta una referencia y más tras la lesión de Rodrigo, pero si todos los que están aquí están enchufados y van hasta el final de temporada, estoy contento.

¿Enzo es demasiado impetuoso en el campo?

Es un jugador con mucho carácter y eso lo transmite. Su forma de ser, aquí dentro del vestuario, cuando entrena y cuando juega, es la misma. Para lo bueno y para lo malo. A veces le han sacado la segunda amarilla y algunos aspectos habría que mejorarlos, pero su agresividad, su competitividad y su capacida de trabajo es algo que a cualquier entrenador le gusta.

¿A Zaza le va a costar coger la forma?

Zaza viene de no competir y además él, por sus caracaterísticas de un aspecto físico fuerte para potenciar sus cualidades, es fundamental que físicamente esté al 100%, algo que ahora no está, pero que estamos en el camino-

¿Qué le aporta Chema Sanz (incorporado como segundo entrenador)?

Chema lleva muchos años trabajando en diferentes equipos y en el día a día. Yo he sido entrenador de dos equipos, del filial del Levante y del filial del Valencia, siempre me ha gustado el fútbol, cada partido lo veo, lo analizo, veo a los entrenadores que han pasado por aquí, soy un apasionado del fútbol, pero también llevo 12 años de delegado y apartado del día a día. Necesitamos una persona que nos aporte eso. Y Chema es muy positivo e integrador. Nos va a dar esa alegría desde la realidad de las cosas que es necesaria.

¿Y Camarasa (delegado)?

Ha sido futbolista y sabe cómo son los jugadores.

Solo falta Giner del «trío calavera». ¿Tiene la foto de los tres el día que jugaron con España contra Irlanda?

(Risas) Sí, la tengo, en mi despacho, íbamos los tres juntitos en el avión. Fue mi debut en la selección.

De los 12 entrenadores para los que ha sido delegado, ¿con quién se identifica más?

Algunos me han dado más entrada, otros menos. Yo no he entrado para nada en la parcela técnica. Pero Unai Emery, cuando vino, yo venía de estar cinco partido de entrenador, y me preguntó todo. Unai era más dinámico e impulsivo; Valverde más desde la prudencia: segundo plano, pero firmeza en las decisiones. Cada uno me ha ayudado, porque soy una persona curiosa: me gusta aprender siempre en una continua evolución.

¿Echa de menos la calidad de vida de cuando era delegado?

Esto es una responsabilidad muy grande y estás en el foco constantemente. Sé lo que es. No comulgo demasiado con lo mediático; salgo demasiado en los medios, pero entiendo que forma parte. Ni ´efecto Voro´, ni nada de eso, solo intento ayudar a potenciar las cualidades de los futbolistas. Y buscar normalidad.

¿Le caerían los anillos si tuviera que volver a ser delegado?

Tengo la confianza del club antes de delegado y ahora de entrenador. No me planteo qué haré dentro de cuatro meses. El día a día nos devora. Hemos ganado dos partidos y eso nos hace trabajar más que antes porque sabemos de dónde venimos y no queremos volver ahí. Esto no ha acabado. Quedan 20 partidos. Una eternidad Habrá momentos de flaqueza y tendremos que estar ahí.

¿Se le puede comparar a Del Bosque (un hombre de la casa sin ambición por entrenar, pero que acaba resultando)?

(Brrrr). También me han llamado ´Vorowny´ (por Luis Molowny). Me gusta lo que hacía (de delegado), estar en el día a día de un equipo, porque soy muy activo. Es importantísimo ir a trabajar a gusto, desde una función o desde otra.

¿Tiene ya contrato de entrenador?

Para entrenar necesitas un contrato. La relación que tengo con el club es confidencial. Estoy contento de que el club me valore y estoy feliz como estoy.