El Sporting de Rubi, que debutó en campo propio al frente del equipo, no mejoró al de Abelardo y perdió ante un Alavés (2-4), que jugó con mayoría de suplentes pensando en el partido de Copa del próximo miércoles, y que se adelantó en el marcador en los primeros minutos.

Apenas habían transcurrido diez minutos cuando el Alavés, que sólo contaba con dos jugadores de los que el pasado jueves empató en el campo del Celta, Pacheco y Feddal, se adelantaba en el marcador tras un tiro cruzado de Rubén Soriano. El gol supuso el enésimo mazazo para el equipo local y sus aficionados.

La primera parte del Sporting fue para olvidar, porque finalizó sin haber disparado a puerta y con centros sin peligro y sin opciones de remate, lo que permitió al Alavés completar unos primeros 45 minutos sin ningún tipo de agobio.

El Sporting apenas daba un par de pases seguidos y abusaba de los balones largos que eran fáciles para la defensa victoriana, mientras que en ataque los alavesistas vieron que la defensa local estaba imprecisa y trató, aunque sin éxito, de aprovecharse de ello.

Vesga se dejó ver en el centro del campo pero Afif no aportó nada a pesar de que en teoría salió para tratar de aprovechar su velocidad, pero no recibió ni un sólo balón en la que pudiera sacarla a relucir.

Rubi hizo su primer cambio en el inicio de la segunda parte dejando en la caseta precisamente a Afif por Burgui, un jugador muy criticado por la afición y al que le llegó una nueva ocasión para reivindicarse. Los locales crearon más peligro en los primeros cinco minutos de esta segunda parte que en toda la primera, pero no les sirvió para nada porque en la primera llegada del Alavés Meré cometió un innecesario penalti sobre Katai, que transformó Santos.

El técnico rojiblanco decidió hacer un segundo cambio dando entrada al canterano Carlos Castro, reclamado insistentemente por la grada en casi todos los partidos.Pero cualquier posibilidad de maquillar el resultado se fue al traste con un nuevo penalti, esta vez de Amorebieta a un recién incorporado Deyverson, al que dio un codazo en la cara cuando ambos pugnaban por el balón. El máximo castigo lo transformó Edgar, sentenciado el partido.

Desde el 0-3 y hasta el final el Sporting lo intentó y logró su gol fruto de un centro que llegó a Traoré desmarcado en el centro del área que batió por bajo a Pacheco, pero en la jugada siguiente el Alavés marcó el cuarto en un remate de cabeza de Alexis, tan inexplicablemente solo como Traoré un minuto antes. En medio de un desbarajuste total, Carlos Castro maquilló el marcador.