El Valencia anuncia que esta tarde se batirá con valentía contra el Real Madrid, pero la mirada de Voro González no acaba en el exigente duelo contra el equipo de Zinedine Zidane, por mucho que los focos iluminen con más potencia en cada choque contra los merengues. Los puntos contra los madridistas, vino a decir el técnico, tienen la misma trascendencia que los que se librarán, en el curso de una semana, contra Alavés y Leganés. La actitud será la mejor, pero es muy probable que el entrenador de l´Alcúdia introduzca novedades en el «once» inicial. Su rueda de prensa de ayer fue un aviso. En pleno embudo de calendario, hay signos visibles de fatiga en el equipo. Simone Zaza y Fabián Orellana van justos de gasolina y necesitan dosificación.

El plan para «plantar cara» al líder de la Liga pasa por robarle la pelota el máximo tiempo posible al rival. Evitar que el Madrid lleve la iniciativa y disponga de espacios para armar sus vertiginosos contragolpes. Esa apuesta implica alinear el «once» más pelotero posible en la medular. Por lo tanto, es probable que Orellana se mantenga en la alineación. Con esa idea, Voro le sustituyó mediada la segunda parte contra el Athletic. En cambio, Zaza, que aguantó los 90 minutos contra los leones, podría partir desde el banquillo. Ese dibujo supondría que Munir El Haddadi avanzase su posición como delantero centro y, con Orellana escorado a una banda, Carlos Soler volviese a la titularidad por delante de los indiscutibles Enzo Pérez y Dani Parejo.

Mantener la pelota atada al pie es el mejor remedio para camuflar las debilidades defensivas con las que llega el Valencia. Sobre todo por las bandas, uno de los recursos más afilados del Madrid. Martín Montoya, cuya curva era ascendente, causará baja por molestias en el sóleo. Después del entrenamiento vespertino de ayer, Gayà, tocado, sí entró en la convocatoria, en una maniobra que no hay que interpretar como definitiva. Voro se llevó citados a todos los disponibles, con el objetivo tanto de esconder cartas como de «hacer piña» en el grupo.

A pesar de las dificultades, el mensaje de Voro era ayer más rebelde que cauto: «Lo más importante es el convencimiento de que vamos a competir y hacer un buen partido, sabiendo la dificultad que tiene y a ver si podemos ganar al Madrid y ser el segundo que lo logra esta temporada. El Real Madrid es un grandísimo equipo que no por casualidad es líder con dos partidos menos. Es un partido que a todos les gusta jugar. A los futbolistas les gusta estos partido y te dan un plus adicional», prosiguió.

Voro recalcó el riesgo contraproducente que supone un planteamiento conservador contra los madridistas: «Contra el Madrid no se puede jugar atrás. Tenemos que defendernos con la pelota. Cuando tengamos el balón, tenemos que ir arriba, no podemos jugar a defender y salir a la contra porque eso es el principio del fin para perder el partido. Tenemos que ser un equipo valiente y atrevido».

El entrenador de l´Alcúdia criticó en voz alta los vaivenes de fechas del calendario: «Quizás la mentalidad y el tipo de partido te puede compensar el cansancio. Tenemos problemas con la gente de arriba tras las lesiones de Mina y Rodrigo, y también en las bandas. Orellana y Zaza vienen de periodos sin competir y para nosotros es una gran hándicap jugar así, y que el sábado juguemos y otra vez el martes, prefiero miércoles domingo y miércoles, como otros tienen», apuntó. «Los puntos valen igual, los de mañana que los del sábado ante el Alavés o luego con el Leganés, pero contra eso también tenemos que luchar. El partido de mañana es importante, pero igual que los otros», agregó.

El preparador recordó la importancia de hacerse fuerte en Mestalla («nuestro campo es nuestra llave») y reconoció que una victoria supondría un espaldarazo anímico considerable: «Ganar sería un paso importantísimo, sumaríamos tres y los otros no juegan y nos pondríamos a diez puntos. Si eso se consigue, sería un paso importante, no solo por los tres puntos, sino por ganar al actual líder de la Liga», comentó Voro, que esquivó preguntas sobre su futuro.