En dos zarpazos de efectividad, en el final de la primera parte y el inicio de la segunda, el Barcelona B ha amargado la fiesta del Mestalla. El equipo del exvalencianista Gerard López se ha llevado la victoria con un 0-4 demasiado aparatoso, en un campo Antonio Puchades lleno más de 4000 espectadores que habían querido premiar con su asistencia el excelente campeonato que están firmando los jugadores de Curro Torres.

El excesivo respeto por la trascendencia del partido y la expectación generada, atascó el juego de Mestalla y Barça B en la primera media hora. Los únicos chispazos de desequilibrio llegaban de los futbolistas más habilidosos de ambos conjuntos, los dos arrancando por la izquierda, con Nacho Gil, bien apoyado por Eugeni, y el visitante Perea.

Entre un juego demasiado impreciso, las ocasiones llegaron con un remate de media volea del barcelonista Marc Cardona, replicado con un chut desde la frontal, previo control orientado, del mestallista Eugeni, en el minuto 22. En la caída tras rechazar el disparo, el portero Suárez se lesionó en el hombro y tuvo que ser sustituido por Varo.

El equilibrio lo rompió el Barcelona B, más serenado, en cuestión de tres minutos, del 35 al 38. Perea marcó el primero tras buscar hueco desde la frontal y lanzar un disparo seco, ajustado al palo. Con el Mestalla muy nervioso, en la salida desde atrás de la pelota, Gumbau marcaba en el 38 el segundo tanto al materializar un penalti cometido por Gregorio.

Curro Torres, que se quedó sin cuerdas vocales dando órdenes desde la banda, introdujo en la reanudación a Fran Villalba, con la idea de recortar pronto distancias. Sin embargo, lo que se encontró el Mestalla fue con dos goles relámpago, en los tres primeros minutos del segundo tiempo, de Marc Cardona y Martínez, que silenciaron por completo el gran ambiente que había en la ciudad deportiva.

No se rindió el Mestalla, que va sobrado de coraje, bien movido por Fran Villalba, pero ya no se movería el marcador, a pesar de los intentos hasta el último instante, de Jordi Sánchez, entrado de refresco en el último tercio. El filial valencianista, merecedor al menos de un gol, fue despedido con aplausos por el numeroso público.