El Valencia Basket propinó un golpe moral a su rival en la final de la Eurocup tras volverle a derrotar por cuarta vez en la temporada y convirtiéndose así en su particular bestia negra. No fue un partido espectacular aunque sí que mostró que ahora mismo el conjunto de Pedro Martínez es superior a los malagueños. Hubo mucho respeto entre los dos equipos, un tanteo previo a la batalla que arrancará el próximo martes donde un título europeo se pone en juego. El Valencia Basket supo ser más paciente, esperar su momento, para doblegar a los de Joan Plaza que volvieron a ceder ante los taronja en una norma habitual en los últimos precedentes. El triunfo de ayer supuso además que el conjunto de Pedro Martínez se sitúe como flamante líder en la clasificación a la espera de lo que haga el Tenerife que juega en Murcia. Tobey no pudo debutar.

Equilibrio hasta el final

El Valencia Basket no estuvo cómodo en la pista durante la primera mitad ante un Unicaja más fresco que los taronja que acusaron el desgaste que supuso el duelo ante el Hapoel. Un inspirado Lafayette llevó el protagonismo de su equipo y con tres triples consecutivos dejó a los malagueños con ventaja en el inicio del segundo cuarto (20-26). Una intensidad defensiva más floja que en otros precedentes y la pérdida del poder reboteador permitió que el Unicaja fuera por delante con ventajas que llegaron a su tope tras un mate de Nedovic (31-39). Los triples de Van Rossom y los robos de Sastre estrecharon el electrónico para dejar todas las opciones abiertas al descanso (42-43). En la segunda mitad el partido machó equilibrado aunque los taronja se mostraron más reconocibles pese a no poder despegar en el marcador en el tercer período (64-60). Nedovic, que acabó lesionado, tomó el mando de los de Plaza, mientras que el Valencia apeló al colectivo. Triunfó lo segundo. La Fonteta sigue siendo coto cerrado para los rivales con 21 victorias locales seguidas.